Gorbeia: sobre un mar de nubes

Un mar blanco sobre el valle de Arratia. Decenas de cimas sobre esa masa impoluta y un azul impresionante nos enamoraron en nuestra visita a Gorbeia (1.482m.). La mítica montaña en el límite de Bizkaia y Álava nos mostró la belleza natural de nuestra tierra y nos recordó por qué nos gusta tanto subir a las cimas que nos rodean. Preciosa estampa en una mañana con una buena helada, de las pocas de este invierno templado, que parece que a partir de ahora cubrirá las cimas con un manto blanco. Eso dicen los expertos meteorólogos y nosotros, amantes de esas bellas estampas, ansiamos poder verlas. Mientras llegan, aprovechamos para subir a cimas como Gorbeia que además de bucólicas imágenes deja en evidencia su fama, el viento no perdona en la mítica vasca y gorros, plumíferos, guantes y demás prendas de abrigo no hacen que dejes de sentir el frío que entra hasta tus huesos. Merece la pena sentir ese frío por todo el cuerpo, porque el regalo a la vista llena también cada rincón de nuestro ser y nos da un subidón de los que te ayudan a seguir adelante, a entender muchas cosas o a valorar otras muchas.

El viento marca el ritmo en la cima de Gorbeia. Su cruz nos ayuda a localizarla y la réplica de la Virgen de Begoña a entender el cariño que le procesan sus fieles. Cruz que se sitúa sobre una peculiar estructura de hierro. Después de haber consulado varias fuentes, cabe destacar que la dimensión de la cruz determinada por el propio IGN es de 18,32 m: 16,14 m hasta el punto de enlace con la cruz terminal, 17,23 cm hasta el centro de la cruz terminal y 18,32 m hasta la punta, que se situaría, entonces, a 1.499,77 cm.

La historia cuenta que la cruz de Gorbeia fue instalada a principios del siglo XX, en 1901, «atendiendo a la proclama del papa León XIII de colocar cruces en las cimas de las montañas más altas para conmemorar el nuevo siglo. La cruz que se colocó en ese momento era mucho más grande que la actual, con una altitud de 33 metros y 33 cm., es decir, como la edad de Jesucristo cuando fue crucificado. En su construcción se usaron 13 toneladas de hierro y el coste de su construcción superó las 50.000 pesetas (300 euros)». Meses después, se inauguró. Fue un 12 de noviembre de 1901, al parecer, sin estar terminada la obra. Pero el destino quiso que antes de que terminase el año, una fuerte tormenta arruinara la cruz. «Un año después se comienza a construir una segunda cruz más baja, de 23 metros de altura. Se inaugura el 1 de octubre del año 1903. En invierno de 1906 un fuerte vendaval la destruye nuevamente. Se construye entonces una tercera versión de la cruz que es la que se puede observar actualmente. Es inaugurada en el año 1907. En 1926, el Athletic colocó el primer buzón montañero junto a la cruz, en su 25 aniversario».

La cima protagonista de la ruta de esta semana nos permite conocer el parque natural de Gorbeia en el que se encuentra. Dicho parque natural se sitúa entre los territorios históricos de Bizkaia y Álava. Bajo Gorbeia se encuentra la preciosa villa medieval de Areatza, que cuenta con un precioso casco urbano, declarado Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental. Sus estrechas y empedradas calles, sus singulares caseríos destacan en un entorno precioso. Entre todos ellos, frente al puente de Zubizarra, está el convento de Santa Isabel que junto a iglesia de San Bartolomé, discreta construcción finalizada en el siglo XIX, nos demuestra que los vecinos de Areatza tienen muchos motivos para sentirse orgullosos de su pueblo, sin olvidar la belleza del palacio Gortazar, el palacio Riscal y el propio consistorio, de estilo neoclásico.

Además, los lugareños pueden presumir de vivir en una de las zonas más bellas de la Comunidad Autónoma Vasca. Así califican numerosas guías turísticas al parque natural de Gorbeia por ser un área de incalculable valor paisajístico, cultural y natural. El 70% de su superficie está ocupado por hayedos, robledales y pinares. Innumerables txabolas y majadas salpican las praderas de Gorbeia, como reflejo de una importante tradición pastoril, también nos encontramos con construcciones como ferrerías o caseríos con una arquitectura rural típica. A todo ello hay que añadir otro bonito rincón, en las faldas de Gorbeia se encuentra uno de los tesoros mejor guardados del subsuelo de Euskadi: la Cueva de Mairuelegorreta. Este bellísimo laberinto de cavernas de 12 kilómetros de desarrollo es el escenario ideal para convertir un día normal en la mejor de las experiencias. Esta cavidad es considerada una de las moradas de Mari, la dama de Anboto.

Las primeras citas históricas sobre la exploración de Mairuelegorreta se remontan a 1900. A finales de 1958 las exploraciones permiten catalogar a la cueva de Mairuelegorreta como la segunda red subterránea de la península con 8 km. de desarrollo.

En el centro del pueblo de Areatza nos encontramos un cartel que nos dirige a Gorbeia. Seguriemos el cartel por una carretera estrecha y con abundantes curvas hasta llegar a Pagomakurre donde dejaremos el coche. Desde el parking seguiremos la pista que asciende en dirección a los prados de Arraba, en la subida dejamos a nuestra izquierda las peñas de Lekanda.

Pronto podemos disfrutar de una magnífica estampa de la cima de Aldamin y a su derecha se abre la loma de Gorbea. Las vistas son espectaculares y la niebla que cubre el valle de Arratia nos permite sacar unas buenas instantáneas. En 30 minutos aproximadamente llegaremos a Arrabakoate, desde donde se puede ver Gorbea. Desde aquí seguiremos el ancho camino a través de las campas de Arraba, pasaremos al lado de un desvío, también marcado con arbolitos, que nos llevara al refugio de Elorria. Varias señales verticales así como marcas pintadas nos indican el camino sin problema de pérdida. Hay que tener precaución con las piedras y barro que nos encontramos en varios tramos del trayecto. Seguimos la senda que gira a la izquierda en busca del paso de Bide Barria. Esta es una senda que rodea unas grandes peñas y nos sitúa a los pies de las peñas de Itxina. Después continuamos el ya marcado sendero que nos conduce hacia una pequeña campa, por un precioso camino pedregoso entre enormes hayas, cerca de las que se encuentra el albergue y ermita Egiriñao donde se encuentra la capilla Elurretako Ama. A partir de ahí comienza una exigente ascensión por un sendero que parece tener escalones marcados entre las rocas. A un lado vemos Aldamin, sobre nuestras cabezas, Gorbeia.

Finalizado el tramo por la loma de piedra accedemos al collado de Aldamiñospe que nos presenta una impresionante campa de subida hasta la cima. Corta, pero intensa subida que nos traslada hasta la cima de Gorbeia, La bajada la realizamos por el mismo recorrido. Impresionante.