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Arturo Guirado, Odóntrejo y Jon Ezeiza con la cima de Adarra detrás tras subir desde Andoain esta semana.

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Arturo Guirado, Odóntrejo y Jon Ezeiza con la cima de Adarra detrás tras subir desde Andoain esta semana. Belauntzaran

Adarra, campanadas sobre la densa niebla

La mítica cima de Buruntzaldea será visitada por cientos de senderistas que despedirán 2024 o comenzarán 2025 en ella

Viernes, 27 de diciembre 2024, 13:58

Una densa nube cubre los valles que rodean a Adarra. Un impresionante manto blanco que impresiona, mientras, Gazume, Hernio, Aiako Harria y otros muchos permanecen iluminados por los primeros rayos de sol que a duras penas hacen ascender el termómetro en este comienzo del invierno en el que la humedad impregna cada centímetro de los bosques, pastos o zonas rocosas a los pies de la mítica cima de Buruntzaldea. Hasta ella suben cada fin o comienzo de año cientos de senderistas y este martes o miércoles repetirán llueva o haga bueno. Como es habitual no faltará el caldo calentito para reponer fuerzas o el cava para brindar por los mejores propósitos de 2025 con los veteranos y conocidos senderistas.

Entre los habituales de Adarra, se encuentran OdónTrejo, Arturo Guirado y Jon Ezeiza. En sus botas, kilómetros y kilómetros por las conocidas y no tan conocidas cimas guipuzcoanas y navarra que este año han rondado las 40 y en las que han disfrutado aunque en más de una ocasión el madrugar ha provocado alguna negociación ardua.

Adarra, la joya del macizo que conforma esta conocida cima que llega a Mandoegi, fácilmente localizable sobre el valle de Leitzaran. Hermoso rincón que en su parte guipuzcoana se encuentra entre los ríos Urumea, al norte y este, Leitzaran al sur, que recorre 20 kilómetros a lo largo del valle de igual nombre, y Oria al oeste. El agua brota por doquier en el ascenso a Adarra. No en vano, las cuencas Leitzaran y Berastegi tienen valores de 45 l/s/km2 y los valores estivales en dichas cuencas superan los 5 l/s/km2.

Tal y como recoge Xabier Cabezón en el río Leitzaran y su valle han existido, al menos, 17 centrales hidroeléctricas a lo largo de su recorrido, incluyendo sus afluentes. Una de ellas se encontraba en territorio navarro, mientras que las restantes se localizan en Gipuzkoa.

Información mide

  • Acceso Debemos llegar a Andoain para dirigirnos a Leizotz auzoa para acceder a Mirizpide.

  • Horario El recorrido se puede completar, a un ritmo tranquilo, en 4-4,5 horas. Es exigente en algunos tramos. Se pueden reponer fuerzas en Mirizpide oBesadegi.

  • Distancia 13,05 km

  • Desnivel positivo 701 m

  • Severidad del medio 3

  • Dificultad orientación 2

  • Dificultad del terreno 3

  • Esfuerzo necesario 3

Las aguas del Leitzaran han movido durante siglos (al menos desde el siglo XIV) numerosas ferrerías, industrias dedicadas a la obtención de hierro a partir del mineral. Uno de los elementos imprescindibles para su funcionamiento era la energía hidráulica, con la que movían fuelles y mazos. Desaparecidas las ferrerías, estas centrales (también llamadas minihidráulicas) son sus sucesoras en el aprovechamiento energético del río.

«La primera central que se explotó en el Leitzaran fue la de Lizarkola, en el año 1895», destaca Cabezón. «La más curiosa es la de Olloki, construida bajo tierra. La última de su recorrido, a pocos metros de su desembocadura, era la de Cromados Santa Cruz». El físico de formación, ingeniero de profesión (jubilado actualmente) y gran estudioso del valle de Leitzaran destaca además que «hoy día continúan en funcionamiento siete de ellas, siendo la central de Iberdrola la hidroeléctrica más potente de Gipuzkoa».

El agua es uno de los atractivos del valle, aunque su riqueza y belleza natural es más que reseñable y así loa testigua la presencia humana en la zona que data de hace miles de años. A lo alrgo del cordal Adarra-Mandoegi se cuentan más de una cincuentena de crómlech y dólmenes repartidos por el herboso cresterío entre el pico Oindi (544 m.) y el pueblo de Arano (360 m.). La estación megalítica del Adarra la componen 34 cromlechs, 4 dólmenes, 3 cistas y 2 menhires. Los dólmenes se encuentran en Aballarri, Altxista, Otsolepo y Pozontarriko Lepoa, mientras los cromlechs son los de Altxista, Amunola, Arleorko Zabala, Elurzulo, Eteneta I y II, Mulisko Gaina, Tximista y Tximistako Egia. Los menhires de Eteneta y Usobelartza destacan entre todos ellos.

Hasta hace unos años, el monolito de Eteneta se encontraba tumbado y recubierto, dejando ver solamente una pequeña parte de su extremo aéreo, a unos dos metros del crómlech. Fue descubierto por K. Mariezkurrena y puesto en pie al poco tiempo, dado que se veía su posición inicial. El monolito completo mide 3 metros y su ubicación es privilegiada por la belleza que existe en el lugar donde se encuentra y la tranquilidad que irradia el lugar elegido para el descanso eterno de aquellos antiguos pobladores de Buruntzaldea.

Las cistas se denominan Onddi, Musli y Marizulo. Precisamente esta última, Marizulo, una pequeña cueva habitada por los antiguos pobladores de Buruntzaldea. En ella, los estudiosos han determinado según los restos hallados que van desde 6500 a 3335 a. C., fue utilizada en esta última época como 'cueva sepulcral'. Dentro de ella, «se encontró un enterramiento individual cerca de la entrada en una cista con tres losas formando un rectángulo, con el cráneo y varios huesos de un hombre de unos 25 años dentro, junto a los de un perro y un cordero, datados en el 3350 a. C».

Además, se localizó otro enterramiento colectivo en el que se identificaron al menos restos de cuatro individuos. «Los huesos se encontraban en el interior de la cueva dispersos y revueltos junto a diversos objetos como raspadores o buriles de silex, trozos de cerámica, punzones o cuentas, que según han determinado los especialistas pueden ir desde el Neolítico hasta el Bronce».

Desde Mizpiradi a Adarra

La subida a Adarra se puede realizar desde diferentes lugares, pero en esta ocasión lo realizamos desde la sidrería Mizpiradi de Andoain. Desde allí alcanzamos el parking de Besadegi, desde el que siguiendo el camino señalizado que asciende por el caserío Montefrío (353 m.), nos desviamos a la derecha para continuar hacia la regata Sorotxota (440 m.). Más adelante se cruza una segunda regata, Belabietako erreka (500 m.). Optamos por dirigirnos desde ahí siguiendo las señalizaciones verticales hacia el menhir de Eteneta al que accederemos siguiendo el sendero más que transitado por senderistas, en el que no hay perdida, pero en el que hay que andar con mucho cuidado por el agua y barro acumulados que dificultan el paso entre rocas y raíces.

A un ritmo tranquilo, disfrutando de las magníficas vistas con Gazume y Hernio sobre el manto de nubes blanco que se extiende por todo la costa haciendo desaparecer el mar Cantábrico, llegamos al collado de Agerreko zabala, un bonito rincón delLeitzaran en el que se erigen los monumentos megalíticos de Eteneta. Desde allí, toca una pendiente exigente, pero muy llevadera que nos sitúa en la zona rocosa que salvaguarda la cima de Adarra. Desde allí, las vistas son espectaculares se mire a donde se mire.

Comenzamos el descenso con máxima precaución, ya que la humedad y el barro acumulado en los senderos de subida o bajada cuenta con una película muy resbaladiza hasta que llegamos a la zona baja de la zona de pasto desde la que accederemos a la peña Aballarri (635 m.) y después saldremos al collado Mantale (577 m.). Seguiremos descendiendo hasta la pista que nos conducirá al caserío Montefrío y después a Besdegi, para regresar posteriormente a la sidrería Mizpiradi. Urte berri on!

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