Virginia Mielgo
Tras estar seis meses trabajando en la Franja, denuncia que allí se está viviendo una «crisis de suministros que sostienen la vida»
Virginia Mielgo (Vigo, 1988) forma parte del equipo de Médicos Sin Fronteras desde 2018 y ha participado en proyectos en la República Democrática del Congo, ... Etiopía, Afganistán y Haití. Este año ejerció como Coordinadora de Higiene, Agua y Saneamiento de MSF en la Franja de Gaza, donde estuvo entre enero y marzo, y de mayo a julio. En los últimos meses ha vivido en carne propia las duras condiciones en las que viven los gazatíes en la Franja.
–¿Qué diferencias encontró en sus viajes a Gaza?
–La primera vez que fui coincidió con el alto al fuego; la segunda llegué en plena masacre. Pude presenciar con mis propios ojos el asedio al que está sometida la población palestina. Encontré a mis compañeros, con los que había trabajado un par de meses antes, delgados, con la moral muchísimo más baja, y con problemas de acceso a comida. Fui testigo de una Gaza que tocaba fondo, cuyos medios de vida y acceso a servicios básicos pendían de un hilo.
–¿Cuál ha sido la experiencia que más le ha marcado de su trabajo en la Franja?
–Me marcó mucho que las madres con las que trabajamos me contaran que ya no saben cómo explicarle a sus hijos por qué no hay comida. Cada día parece que llegará algo mañana y si no es así los niños se cansan y se enfadan con sus padres.
–¿Cómo ha sido la evolución de los casos de hambruna?
–Va de mal en peor. En estas últimas dos semanas se ha triplicado el número de casos de malnutrición grave en niños menores de cinco años.
–¿Llega la ayuda que se envía a Gaza desde el extranjero?
–El primer obstáculo son las fronteras, luego el acceso a los suministros y finalmente la coordinación para su entrega. A día de hoy, las necesidades son infinitas y la población está desesperada. Por ejemplo, el camión que entra con leche de fórmula para los casos de niños malnutridos no llega a los hospitales. Hay una lucha por los recursos.
–¿Qué acciones adopta Médicos Sin Fronteras?
–Tenemos varios centros de salud, hospitales de campaña y apoyos puntuales a hospitales gazatíes. Sin embargo, estamos evaluando cómo adaptar nuestra respuesta porque cada vez contamos con menos suministros. De treinta y seis centros hospitalarios, ahora mismo solo diecisiete están operativos.
–¿Y qué hacen los gobiernos en conflicto?
–Hace unos meses se puso en marcha un sistema de distribución llamado Gaza Humanitarian Foundation, liderado por Israel con el apoyo de Estados Unidos. En el reparto de alimentación han muerto más de trescientas personas según el Ministerio de Salud palestino. Esta supuesta ayuda se ha convertido en una trampa mortal para los que van.
–¿Por qué?
–A los palestinos les disparan a bocajarro. Nosotros lo sabemos porque llegan a nuestros centros de salud con heridas de bala en la cabeza o en zonas vitales. Ahora se está hablando de distribuciones de ayuda por aire, pero es muy difícil gestionarlo para que no hayan heridos.
–¿Cuáles son los inconvenientes de esta alternativa?
–El nivel de desesperación y de hambre hace que la gente luche con violencia por su vida y la de su familia. Entonces cuando hay comida lo que genera es una avalancha de gente. Estas distribuciones orquestadas por Israel están generando más muerte, aparte de ser una falta absoluta contra la dignidad de los palestinos.
–¿Qué otro recurso básico se encuentra en crisis?
–En Gaza el agua superficial es salada, así que tiene que pasar por plantas desaladoras para poder ser potable. Sin embargo, el material relacionado con la producción del agua está bloqueado. Nuestro objetivo es producir dentro del territorio y distribuirla en camiones. Por otro lado, los carburantes son necesarios para transportar la ayuda y mantener los hospitales operativos. La energía eléctrica se produce con generadores que usan combustible. Y este recurso también entra a cuentagotas.
–¿Cómo describiría la situación actual?
–Crisis absoluta de todo tipo de suministros que sostienen la vida.
–¿Qué te sugieren los últimos acontecimientos políticos?
–El reconocimiento del Estado de Palestina es importante, pero no se debe olvidar que su población civil está sufriendo un genocidio y hay que protegerla.
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