La variante soterrada del Topo entre Altza y Galtzaraborda empieza en otoño
El trazado a doble vía permitirá eliminar el fondo de saco actual en Altza y la nueva estación bajo Pasaia salvará la barrera ferroviaria
Después de muchos años esperando su turno en un cajón, el proyecto para soterrar el Topo entre Altza y Galtzaraborda coge velocidad de crucero ... . Rescatado el pasado año, el diseño original que desdoblará la vía entre ambas estaciones y permitirá a Pasai Antxo unificar su espacio al liberarse de la trinchera ferroviaria marcada por la estación con otra bajo la Alameda Gure Zumardia, ya hay cronograma fijado para que la obra comience el próximo otoño, con el fin de que concluya en unos 3 años y medio, 2025.
La mesa de contratación de Euskal Trenbide Sarea tiene previsto licitar el proyecto en la segunda quincena de este mes. Y a partir de ahí, se necesitarán unos seis meses para completar el concurso para adjudicar la obra e iniciar los primeros trabajos, más allá de los sondeos que ya se han empezado a realizar en el lugar donde se construirá la futura estación soterrada de Pasaia.
El consejero de Transportes, Iñaki Arriola, explicita en una respuesta parlamentaria el impulso dado a este trazado que eliminará el fondo de saco que supone la actual estación de Altza, permitirá incrementar las frecuencias y cumplirá con el anhelo de muchos pasaitarras de ver desaparecer la barrera que divide la localidad desde hace décadas. Arriola recuerda que el proyecto está redactado desde septiembre de 2014 –de hecho fue remitido ya hace varios años a la Cámara vasca, con fotomontaje incluido como el que se muestra en esta información–. Ahora, tras siete aparcado, ha precisado «alguna adecuación a las diferentes normativas» que han entrado en vigor en los últimos años.
La mesa de contratación sacará a licitación el proyecto en la segunda quincena de abril
proceso
El presupuesto 2021 incluye la primera partida de 2,9 millones para impulsar esta obra que dará continuidad al trazado en doble vía desde Herrera, con el fin de integrar en la línea principal a Altza e incrementar los tráficos que pasan por esta estación donostiarra en dirección Errenteria o Donostia hasta 7,5 minutos. Según explica Arriola, las obras se realizarán «en una única fase», y su coste estimado oscilará entre los 72 millones calculados originalmente y los 90 asumidos en los créditos de compromiso plurianuales adquiridos por el Ejecutivo vasco hasta 2025, en el que se incluyen todas las obras necesarias, no solo la civil, para que entre en servicio. El montante definitivo se concretará tras el proceso de adjudicación.
El proyecto consiste en una variante que tiene una longitud de 2 kilómetros, entre Altza y Pasaia y desde allí hasta Galtzaraborda. El primer tramo avanzará desde la conexión con el túnel de Herrera-Altza, el ramal por el que ahora los trenes solo 'suben o bajan'. Desde allí, en túnel con doble vía continuará hasta la calle Eskalantegi, la muga entre Donostia y Pasaia. Atraviesa este municipio bajo tierra, por debajo del actual trazado, y sigue camino también en «túnel de mina» hasta Errenteria, donde sale a la superficie en la calle Parke para conectar con la actual vaguada por la que ahora transita el Topo y enlazar con las vías que desembocan en la estación de Galtzaraborda.
Acceso en Eskalantegi
A mitad de la variante, en Pasaia se construirá la nueva estación subterránea que permitirá sustituir la actual parada encajonada entre viviendas y liberará en superficie el espacio ferroviario que durante décadas han ocupado las vías de Euskotren. La estación se construirá bajo la plaza Gure Zumardia, donde se ubicará un ascensor, y el acceso principal se situará en la calle Eskalantegi, mediante escaleras mecánicas que bajarán hasta el vestíbulo principal.
Desde allí, bien por escaleras o a través de otro ascensor, los viajeros llegarán a los dos andenes para acceder a los trenes. Según el proyecto presentado en inicio, que no cambia de forma sustancial en la parte técnica, el edificio contará con accesos para personas con movilidad reducida, mediante «rampas de pendiente reducida hasta llegar al ascensor» que les permita la conexión con la calle.
La construcción de la estación conllevará la demolición del edificio Azoka, que según indica Arriola, se llevará a cabo de acuerdo con el Ayuntamiento, con el que Transportes ya ha celebrado reuniones técnicas y políticas para el impulso de esta obra. Ambas firmarán un convenio de colaboración donde determinarán la «cantidad económica» precisa para su traslado o sustitución en otro espacio. Además, para suprimir el puente actual que atraviesa Antxo es preciso «una variante de mercancías entre Herrera y Gaintxurizketa», explica Arriola.
La variante permitirá incrementar a 7,5 minutos las frecuencias en el tramo, con 1,2 millones de viajeros
objetivo
La variante de Altza-Galtzaraborda finalmente se ha impulsado antes de que concluya la otra pasante en marcha, la de Donostia. El retraso de esta última obra llevará, si la nueva cumple los plazos previstos, a que ambas entren en servicio en fechas próximas, dentro de cuatro años. De ser así, el servicio de toda la línea podría incrementar sus frecuencias a los 7,5 minutos en más tramos que los actuales, y con ello lograr el objetivo último que persigue Transportes de convencer a más usuarios para aparcar el coche y utilizar este transporte público.
Las tres paradas, Altza, Pasaia y Galtzaraborda que se beneficiarían de esta variante suman, con datos prepandemia, más de 1,2 millones de viajeros al año.
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