«Tranquiliza saber que tienes ayudas hasta que cumpla 20 años»

Cuando se vive al otro lado de la muga todo son ventajas cuando se trata de apoyo a la natalidad. El asunto de las ayudas familiares es recurrente en las conversaciones que Patricia Rodríguez mantiene con sus amigas de Irun. Ella vive en Baiona con sus tres hijos. «Me suelen recalcar que ellas no tienen las mismas ayudas a las que accedo yo», señala la madre de Beatriz (16 años), Gaiane (14 años) y Kilian (12 años).

La diferencia en el caso del primer nacimiento tampoco fue notable. La irundarra afincada en Francia recibió cerca de 1.000 euros del Gobierno galo de una sola tacada y ahí acabó la prestación. Las amigas empezaron a envidiar a Patricia a partir de que el tamaño de la familia se fue ampliando.

La baionatarra explica que «a partir del segundo hijo aquí la ayuda económica es mensual y se prolonga hasta que el primer hijo tenga 20 años». Añade que la cuantía de las prestaciones depende del nivel de ingresos de los padres pero con el matiz de que «tienes que ganar un sueldo exajerado para que no te den la misma cantidad que a los demás». Destaca que «te da mucha tranquilidad saber que vas a tener esa ayuda durante un tiempo prolongado y hasta que tu hijo ya alcanza una edad avanzada».

En el caso de Patricia, el Ejecutivo francés le abona 426,10 euros al mes hasta que su hija Beatriz cumpla 20 años por el hecho de tener tres hijos. Si decidiera animarse a tener un cuarto, cobraría otros 166,38 euros adicionales al mes. Como particularidad, cabe destacar que la cuantía total crece 64 euros a partir de que cada uno de los hijos pase de los 14 años.

A estas ayudas se suma lo que en Francia llaman «complemento familiar» que varía entre los 169 y los 236 euros al mes solo para familias con tres hijos o más.

Patricia reconoce que «estas aportaciones siempre ayudan a salir hacia adelante y son bienvenidas», aunque resalta por encima de esta contribución económica «otras ayudas que afectan a momentos importantes para las familias». Como medida estelar cita que «aquí las guarderías son pagadas por el Estado en más de un cincuenta por ciento», algo que a sus amigas de Irun les supondría un gran alivio. «Se nota sobre todo si tienes dos, tres o más hijos. Te quita un quebradero de cabeza».

Por otra parte, cuenta que «una de las cosas que más he valorado es que en agosto, justo antes del mes de la vuelta de vacaciones, te dan una ayuda de 1.100 euros para comprar cuadernos o material escolar, otro de los frentes que más teme una familia. Tener que gastar todo de tu cuenta con tres hijos al final sumaría una cantidad muy importante», asume Patricia.

Con el nacimiento de dos de sus hijos, decidió coger sendas excedencias de dos años, lo que vino acompañado por prestaciones de 600 euros «y su hubiera optado por reducciones de jornada, también hubiera cobrado cantidades que dependen del grado de reducción», admite. Con todo, Patricia confiesa que «lo que logran todas estas ayudas es que una se sienta de algún modo respaldado por si en algún momento no te va bien o por si, como me pasó a mí, tienes que afrontar una separación».

Patricia señala estar «satisfecha con las condiciones que he encontrado en Francia en el ámbito de las ayudas familiares» y reconoce que «las valoro más aún cuando hablo con mis amigas y veo que hay madres que se quedan en paro y no reciben ningún tipo de compensación económica». Sigue recibiendo ayudas a pesar de que sus hijas tienen ya entre 12 y 16 años y afirma que «gracias a ellas su sostenimiento ha sido más llevadero».