«Tiene que haber acuerdos vinculantes y voluntad política frente al cambio climático»
Investigadoras de Tecnun participan en el proyecto Urban Klima, que esta semana ha acudido a la cumbre COP26
Cada cierto tiempo se celebra en algún país del mundo un gran reunión en la que los líderes políticos hablan sobre el cambio climático. ... El evento suele concluir tras días de sesiones con alguna declaración más o menos firme en la que los firmantes –no todos– se comprometen a dar pasos hacia un mundo mejor, más limpio y con menos C02. Esta vez el encuentro se celebra en Glasgow y parece que la cosa va más en serio, aunque nunca se sabe. Visto con la perspectiva de otros encuentros similares, que han culminado con más palabras que hechos, la COP26 de estos días no suscita más confianzas que las justas. Pero hay que estar presente por si resulta que todo lo que se acuerde –o parte– acaba por cumplirse.
En la conferencia sobre el cambio climático ha participado el Urban Klima 2050 para el despliegue de la Estrategia de Cambio Climático del País Vasco. Es el mayor proyecto de acción climática que se ha puesto en marcha en Euskadi hasta la fecha y pretende desarrollar hasta 2025 un total de 40 acciones que podrán replicarse en otras áreas del País Vasco y de la Unión Europea.
Tiene dos objetivos. Uno es el de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementar el consumo de energía renovable. El otro plantea asegurar la resiliencia del territorio vasco al cambio climático o, lo que es lo mismo, mantener el territorio en funcionamiento a pesar de los cambios que se irán dando en el clima a lo largo de los años.
Gobernanza del cambio
Son unas metas ambiciosas pero necesarias en cuya consecución están inmersas 23 entidades, entre ellas la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Navarra, Tecnun, que participa en un proyecto para diseñar nuevos modelos de gobernanza para la acción en el cambio climático. «Lo que intentamos es lanzar un mensaje unificado y claro y proporcionar herramientas para que los planes que se diseñen se puedan llevar a la acción», afirma Cinta Lomba, que dirige el proyecto junto con Josune Hernantes.
Ambas son profesoras e investigadores del centro donostiarra y han analizado cómo se implementan las políticas de cambio climático a diferentes escalas para definir modelos de gobernanza climática que validarán a través de proyectos piloto.
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En una primera fase, las dos investigadoras han recogido información de instituciones locales y forales, y diferentes agentes de relevancia en localidades de las cuencas fluviales y en el litoral. En estos encuentros «se ha hecho hincapié en que tiene haber acuerdos vinculantes y voluntad política, que la lucha contra el cambio climático tiene que estar en la agenda y que son necesarios instrumentos para llevarla a cabo», dice Lomba.
«Empoderamiento ciudadano»
En esta etapa, explica la investigadora, también se ha visto que «es necesaria la corresponsabilidad y el empoderamiento de la ciudadanía para involucrarnos como sociedad». Además, añade, «vemos relevante el rol del sector privado, que no está nada claro, y por eso es importante que los acuerdos que se tomen sean vinculantes». Otras de las conclusiones a las que se han llegado es la necesidad «de recursos económicos y capacitación para que las personas que tengan que llevar a cabo los planes operativos estén formadas».
Cinta Lomba asegura que el País Vasco «está bastante bien posicionado en el conjunto de España» en la lucha contra el cambio climático. Sufre, no obstante, el lastre de barreras como la dificultad «de alinear diferentes niveles institucionales» y la «falta de recursos», ya que «se hacen muchas cosas con muy pocos».
La investigadora de Tecnun insiste en el que proyecto Urban Klima «está enfocado a la acción y quiere ser ejemplo en el resto de Europa». Ya se han puesto acciones en marcha o están en vías de hacerlo proyectos piloto como la colocación de sistemas de video-monitoreo y predicción meteorológica en Zarautz, el análisis estratégico del estado de los puertos marítimos de Euskadi y el riesgo climático al que se enfrentan, la naturalización de la presa de Artikutza o la creación de un anillo verde en Debabarrena.
«A partir de ahora hay que estructurar la información obtenida en la primera fase y hacer un seguimiento de los proyectos piloto para incorporar los resultados al modelo» de estrategia ante el cambio climático, afirma Lomba. Urban Klima empezó en 2019 y acabará en 2025. «Si todo sale bien, para entonces se verán los resultados», asegura la investigadora. «No se va a quedar en un informe en un papel,», recalca.
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