«A muchas sidrerías les va a llevar a la ruina»

Astigarraga se une así a los 26 municipios guipuzcoanos con la hostelería clausurada, una noticia que no ha pillado por sorpresa a la mayoría de sidreros, que asumen con «mucha frustración» este cierre que «se veía venir. El año 2020 ya fue bastante frustrante y esto supone una más. Aún tenemos sidra del año pasado. Hemos hecho también previsión de sidra nueva pensando que el 2021 sería mejor pero el comienzo ha sido nefasto», lamenta Joxe Angel Goñi, de la sidrería Gurutzeta. «Hemos empezado el año de la misma manera», añade, haciendo referencia a la situación que vivieron el año pasado cuando la propagación del coronavirus obligó a interrumpir de forma temporal la actividad «en el mejor mes en cuanto a facturación».

A pesar de que esta sidrería solo abre en temporada, «desde la víspera de San Sebastián y hasta finales de abril», no descartan hacerlo «en mayo, junio… o cuando sea y por lo menos estar 3 o 4 meses, para compensar la pérdida de facturación». La venta en botella, su otra línea de negocio, «tampoco funciona ahora mismo. Está complicado», afirma impotente al no poder dar salida a la sidra que se acumula en sus 22 kupelas.

Goñi tienen la vista puesta en el próximo 16 de febrero, fecha en la que se plantea poder abrir, «aunque creemos casi con seguridad que no se va a poder cumplir. No es una noticia que nos haya pillado por sorpresa, porque veíamos la evolución desde las navidades, íbamos a peor, y cuando vimos que tampoco se iba a celebrar en enero el Sagardo Berriaren Eguna... se han ido confirmando los temores. Ahora, a verlas venir», asume.

En la sidrería Alorrenea cruzaban los dedos para esquivar esa temida zona roja, aunque había pocas esperanzas. «Era cuestión de tiempo. Es muy frustrante. No hay venta de sidra, no podemos dar comidas, ni cenas, ni dar a degustar la sidra a la gente… ves que todo tu proyecto se va al garete. Ahora nos queda mantener la sidra en las kupelas y a ver qué podemos hacer. A muchas sidrerías les va a llevar a la ruina», comenta la gerente, Garbiñe Etxezarreta. Estas últimas semanas han estado «llevando jarras a las mesas para dar a degustar la sidra y sacando botellas del año pasado», medidas -entre otras- que se adoptaron desde el sector para garantizar la seguridad, «pero ya, ni eso. También había reservas para carnavales y se han cancelado. El año pasado se nos estropeó el txotx en lo más fuerte y este año tampoco lo tenemos», manifiesta.

Para la sidrería Zapiain, la temporada supone «una herramienta fundamental para dar a probar las sidras para que luego durante el año se siga consumiendo», afirma Ion Zapiain, que espera poder abrir «un tiempo», después de haber reorganizado su bodega con la compra de mesas, platos y botellas para servir en las mesas.

Goñi tiene la vista puesta en el próximo 16 de febrero, fecha en la que se plantea poder abrir, «aunque creemos casi con seguridad que no se va a poder cumplir. No es una noticia que nos haya pillado por sorpresa, porque veíamos la evolución desde navidades, íbamos a peor, y cuando vimos que tampoco se iba a celebrar en enero el Sagardo Berriaren Eguna se han ido confirmando los temores. Ahora, a verlas venir».

En la sidrería Alorrenea, también cruzaban los dedos desde hace días para esquivar esa temida zona de alerta máxima, aunque había pocas esperanzas de poder abrir la temporada este viernes. «Era cuestión de tiempo que entrásemos en zona roja. Pensé 'nos cierran pero ya'. Es muy frustrante. No hay venta de sidra, no podemos dar comidas, ni cenas, ni dar a degustar la sidra a la gente… todo tu proyecto se va al garete. Ahora mantener la sidra en las kupelas y a ver qué podemos hacer. A muchas sidrerías les va a llevar a la ruina», afirma.

Para la sidrería Zapiain, la temporada supone «una herramienta fundamental para dar a probar las sidras para que luego durante el año se siga consumiendo», afirma Ion Zapiain, que espera poder abrir «un tiempo», después de haber reorganizado su bodega con la compra de mesas, platos y botellas para servir en las mesas.