La diócesis de Gipuzkoa revela nuevas denuncias por abusos contra otros cuatro sacerdotes
Los delitos, prescritos por la vía civil, ocurrieron hace «38-50 años»; dos curas fallecieron y los dos religiosos aún con vida reconocieron los hechos
El silencio que durante décadas ha ocultado los casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica sigue resultando atronador ... cada vez que alguna nueva voz se suma a denunciar una práctica que esta semana ha removido los cimientos de la institución en el Vaticano, pero que sigue sin ser abordada en su justa medida, dada su grave y aún desconocida dimensión. En Gipuzkoa, hace ahora dos años, hasta cuatro víctimas rompieron ese silencio y denunciaron por primera vez a un sacerdote de la diócesis por abusos cometidos cuando eran adolescentes. Pero desde entonces el Obispado de San Sebastián ha registrado denuncias contra otros cuatro sacerdotes de la diócesis, por abusos sexuales a menores cometidos hace décadas, entre «38 y 50 años», confirman las fuentes consultadas por este periódico. Dos de los casos apuntaron a dos religiosos ya fallecidos en el momento en que se sustanciaron las denuncias. Lo que derivó en su archivo previa comunicación «a la Santa Sede». Pero las otras dos acusaciones contra sacerdotes guipuzcoanos llegaron hasta Roma, y fueron objeto de un proceso canónico ya finalizado. «Los sacerdotes reconocieron los hechos», aseveran las fuentes consultadas, y el caso se cerró con «el reconocimiento de culpa y la imposición de una pena canónica en fuero externo», es decir, con el reproche eclesial pero sin más consecuencias para su ejercicio, dado que los dos religiosos acusados, para entonces, ya no tenían ninguna responsabilidad en la diócesis, debido a su elevada edad.
Estos cuatro nuevos casos, reconocidos ayer por fuentes oficiales del Obispado, fueron revelados por las propias víctimas a la autoridad eclesial en Gipuzkoa. Pero ninguna de las personas denunciantes, aseguran las mismas fuentes, han querido que trascienda su identidad ni hacer público su caso. De hecho, más allá de la confirmación de que en Gipuzkoa estos cuatro sacerdotes -de los que no ha trascendido ningún dato identificativo más- también cometieron abusos contra menores, se desconocen las circunstancias en las que se produjeron dichos ataques. Todos ellos, además, como ocurre en la gran mayoría de los delitos de esta índole que se han denunciado, han prescrito por la vía civil dado el tiempo transcurrido desde que se cometieron hasta que las víctimas han sido capaces de denunciarlos, bien ante los tribunales, bien ante la Iglesia.
Los casos
-
Primera denuncia En enero de 2017, dos personas acusan ante el Obispado a Juan Kruz Mendizabal, 'Kakux', de «tocamientos deshonestos». Una tercera víctima va a la Fiscalía, y una cuarta se suma a la denuncia pública. Los delitos han prescrito por vía civil. El proceso canónico continúa abierto.
-
Pena canónica A raíz de ese caso, el Obispado trasladó a la Santa Sede denuncias contra otros dos sacerdotes. Ambos reconocieron los hechos, fueron juzgados y se les impuso una pena canónica.
-
Archivados Las denuncias contra otros dos curas quedaron archivadas por haber fallecido.
La revelación sobre esas nuevas denuncias registradas en la diócesis de Gipuzkoa llega después de que el obispo José Ignacio Munilla reconociera ayer, en una entrevista en Radio Euskadi, que desde que hace dos años se destapó el caso que afecta a Juan Kruz Mendizabal, 'Kakux', llegaron hasta el Obispado varios casos de «hace décadas, no del momento actual». El Obispado los «atendió» y, «de acuerdo con las víctimas denunciantes» -añaden otras fuentes-, los «comunicó a la Santa Sede para iniciar el procedimiento canónico de investigación de los hechos», aunque solo dos llegaron a ser juzgados y penados, después de que los autores de los abusos reconocieran los hechos.
«La Iglesia está yendo mucho más allá que la justicia civil, al investigar casos de hace décadas»
Munilla
El obispo consideró que el encuentro en Roma, pese a las críticas de las víctimas por no adoptar medidas concretas, es «importante para reforzar un espíritu de perder el miedo a la verdad, superando las actitudes autodefensivas» que han llevado a la Iglesia, en todos sus estamentos, a tapar hasta ahora los ataques contra menores y a proteger a sus autores. Munilla indicó que «el liderazgo del Papa» en este asunto busca dar «prioridad» a las víctimas, «es una oportunidad para renovarnos y purificarnos» y asumió que por coherencia con el mensaje que predican, «se nos pida un plus» ante estas prácticas delictivas, y que por eso «tenemos que ser ejemplarizantes».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión