Un proyecto ligado a la pasante de Donostia que ayudará a vertebrar más Gipuzkoa
Euskotren y Cercanías suman más de 14 millones de viajes al año, que serán más con la puesta en marcha del Metro de Donostialdea en 2025
El intercambiador de Riberas de Loiola se enmarca en el proceso de mejora de la red de transporte ferroviaria que impulsa el Departamento de Transportes del Gobierno Vasco que dirige Iñaki Arriola (PSE) como acicate para un mayor uso del transporte público y la movilidad sostenible. La conexión directa entre Renfe y Euskotren ayudará además a vertebrar más Gipuzkoa, al facilitar los viajes de los ciudadanos que cambian de eje (este-oeste a norte-sur o viceversa) en sus desplazamientos. En la actualidad, entre el Topo y Cercanías suman más de 14 millones de viajes al año en Gipuzkoa (10,7 y 3,7, respectivamente).
Este proyecto está ligado a otro de igual o mayor calado, como es la pasante del Topo en Donostia, que a partir de 2025 llevará el servicio de Euskotren al campus de la UPV/EHU y La Concha. Ambas iniciativas buscan mejorar la calidad y frecuencia del servicio ferroviario en Gipuzkoa, haciendo de este medio un sistema de metro efectivo, de altas prestaciones, largo alcance y atractivo para el usuario, de modo que promueva un trasvase del vehículo privado al tren.
El intercambiador supondrá además un nuevo hito en la integración del sistema Mugi, al disparar previsiblemente los transbordos entre los dos operadores ferroviarios del territorio y, con ello, el número de viajeros. A falta de concreción, también es previsible que la nueva infraestructura sirva como punto de enlace con los buses de San Sebastián (Dbus) y los interurbanos de Gipuzkoa (Lurraldebus).
