Mikel Zabala: «Aquel primer txotx de hace 30 años supuso un antes y un después en el mundo de la sidra»

– Se cumplen 30 años de una idea.

– Sí. Había un interés por parte del Ayuntamiento y de los sidreros para poner una fecha concreta y empezar conjuntamente a trabajar. Buscábamos un evento que diera el inicio a la temporada de la sidra .

– Y lo encontraron.

– La verdad es que fue muy potente porque de alguna manera se agruparon todos los medios de comunicación. El primer año llegaron menos, más o menos los de por aquí, pero ya en el segundo y tercer año empezaron a venir medios de comunicación de Madrid, de Francia, de todas partes. Eso hizo que el inicio de la temporada fuera un boom mediático.

– ¿Esperaban que iba a dar tan buen resultado?

– Pues no. Aquello respondía al interés de poner una fecha. En el Ayuntamiento nos interesaba de cara a la hostelería, de ampliar la plantilla de la Guardia Municipal durante la campaña y de poner un poco de orden y concierto tanto en los aparcamientos de coches como en los horarios. Entre los sidreros tampoco había una fecha clara. Hace 50 años siempre se abría la temporada el viernes anterior al día de San Sebastián, pero poco a poco eso fue variando. Uno abría en diciembre, otro en enero, algún otro a primeros de febrero... Cada uno andaba a su aire.

– ¿Cómo fue aquel primer txotx de hace 30 años?

– Ese día en la portada de El Diario Vasco apareció una gran foto a todo color del salón de plenos del Ayuntamiento de Astigarraga, cuando el color todavía se usaba muy poco. Curiosamente, al día siguiente Boris Yeltsin y Bill Clinton firmaron un acuerdo para desmontar cabezas nucleares y el propio diario le dedicó en la portada una foto la mitad de pequeña que la de Astigarraga y en blanco y negro. Sí que hubo un empuje mediático muy potente. De hecho, yo creo que a lo largo de la historia de la sidra nunca se había conseguido un impulso de este nivel.

– ¿Ha cambiado mucho desde entonces el mundo de las sidrerías?

– En los cuatro años siguientes no quedó en Astigarraga ninguna sidrería que no hiciera algún tipo de ampliación. Incluso abrieron algunas nuevas. El salto cualitativo y cuantitativo ha sido importante. Ha supuesto un gran impulso.

– ¿Y va a más?

– Ahora mismo yo creo que ya está en el techo de sus posibilidades, pero aquel evento supuso un antes y un después para el mundo de la sidra.