A las personas de mi edad, en el colegio, nos enseñaron que había nueve planetas: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y ... Plutón. Un día de agosto de 2006, a Plutón se le quitó el título de planeta, aunque fue la cabeza de un nuevo grupo de objetos celestes llamados «planetas enanos», también conocidos como «plutoides».
No a todo el mundo les gustó la idea de degradar a Plutón, que es el único planeta descubierto por un estadounidense, Clyde Tombaugh. Algunos astrónomos de aquel país dijeron algo similar a esto: «es un planeta muy raro, pero es nuestro raro».
En 2006, la Unión Astronómica Internacional, acordó que para que un cuerpo fuera un planeta debía cumplir: 1) Que el cuerpo orbitara alrededor del Sol; 2) que tuviese suficiente masa para ser esférico o casi esférico, y 3) que hubiera despejado de su órbita otros cuerpos. La tercera condición puede enunciarse diciendo que la masa de los cuerpos en su misma órbita no debe ser superior a la del planeta. Plutón cumple las dos primeras condiciones, pero no la tercera, por lo que se consideró que era un «planeta enano». Para algunos astrónomos no fue una degradación, sino todo lo contrario, hacerle el ejemplo paradigmático de un nuevo grupo de objetos.
Recientemente un grupo de astrónomos estadounidenses han reclamado para Plutón el título de planeta, al fin de cuentas «es un planeta muy raro, pero es nuestro raro».
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