«Empezamos a pelearnos, vi que tenía un cuchillo en el bolsillo y lo saqué. Aún no me lo explico»
El acusado de matar a puñaladas a un hombre de 36 años en Elgoibar en 2019 asegura que todo fue fruto de «una pelea» y que «no se explica» qué le pudo ocurrir
Desde que fue detenido el 11 de mayo de 2019 en Elgoibar, horas después de haber apuñalado, tal y como ha reconocido, a Pablo ... Acuña, el acusado E.M. no había declarado ni una palabra al respecto, ni ante la policía ni en sede judicial. En la sesión del juicio de hoy ha sido la primera vez en la que ha dado explicaciones por aquel crimen, por el que la Fiscalía y las acusaciones piden entre 24 y 30 años de prisión para él. «Yo no tenía nada contra ellos, no tenía intención de hacerles daño. Es algo que no termino de explicarme, cómo me pasó eso», ha dicho ante el tribunal.
El acusado ha relatado lo que recuerda de aquella noche, en la que ha insistido en que estaba muy bebido. Este ha explicado que la noche del 11 de mayo estaba en el bar Lagunak con unos amigos y que invitó a una chica a bailar (Jaqueline, la novia del fallecido Pablo Acuña). «Después vi que estaba un chico queriendo agredir a la chica y le dije que solamente bailábamos, que no había pasado nada. Hubo un pequeño forcejeo, y los de seguridad nos sacaron fuera», ha señalado.
Después, según su relato, se fue a otros bares, en los que siguió bebiendo, aunque ya solo. En un momento dado se fue en busca de un establecimiento en el que poder desayunar, y en ese camino se volvió a cruzar con la pareja con la que había discutido. «No me acuerdo si yo increpé a Pablo o él a mí. Empezamos a pelearnos, a darnos de golpes. En ese momento vi que tenía un cuchillo en la cazadora y lo saqué, y ahí pasó todo», ha dicho.
Ese cuchillo, de los que se usan habitualmente en las casas para comer, ha sido exhibido a los miembros del jurado. El acusado ha dicho que lo solía llevar al trabajo habitualmente, «para cortar fruta», pero que «desgraciadamente ese día se me había olvidado sacarlo de la chaqueta».
Tampoco recuerda cómo apuñaló a Pablo y a Jaqueline. «Andaba tan borracho que no recuerdo cómo le apuñalé, fue algo sorprendente cuando luego me encontré en la comisaría, para mí había sido solo una pelea y no recordaba algo así tan grave». Respecto a las tres puñaladas que recibió la mujer, ha dicho que «en ese momento no supe si había agredido a la chica, igual se metió a defender a Pablo y fue ahí donde pasó todo».
Las partes también le han preguntado sobre por qué se camufló entre los participantes de una marcha popular que se celebraba aquel día. «Me fui a caminar, no sabía que había una caminata de montaña. He leído que recorrí 12 kilómetros, pero fue a la mitad cuando me fui encontrando con gente que iba caminando. Dijeron que iba sin camisa, pero yo no lo recuerdo», ha asegurado.
Perdón
En su intervención E. M. también se ha dirigido a la familia da Pablo. «Aprovecho este momento para pedir perdón profundamente a la familia, desde lo más profundo de mi alma, les pido perdón. También a Jaqueline, a todos los que he ofendido, a su familia y a mis familiares». Y ha insistido en que todo ocurrió «de repente, ni yo me lo explico».
Tras la declaración del acusado ha sido el turno de Jaqueline, la que entonces era novia de la víctima, Pablo Acuña, y que también resultó herida. Esta ha revelado que no recuerda haber bailado con el acusado y que no vio la trifulca entre él y Pablo en el bar, y que cuando volvían a casa se percató de que había un hombre andando en la acera de enfrente. Una vez en su portal, cuando estaba de espaldas con las llaves en la mano, «sentí que alguien me golpeó la espalda, algo rápido, fue todo rápido. Abrí la puerta y entré, y cuando me di la vuelta, Pablo ya no estaba. Fue dentro del portal cuando me dí cuenta de que estaba sangrando y sentía que me ahogaba», ha dicho sin poder reprimir las lágrimas. La mujer recibió una puñalada en la espalda, otra en el costado y otra en el brazo izquierdo.
Sobre las secuelas que le han provocado estos hechos, ha afirmado que tiene «miedo» y que tuvo que dejar Elgoibar «porque comenzaron a decir bulos sobre mí, me culparon de lo que pasó y no podía salir a la calle. Todo el mundo me juzgó, me dieron la espalda, hicieron mucho daño a mis hijas, horrible». Una presión, ha asegurado, que también se ha producido por redes sociales.
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