El sistema de peajes de la N-1 recauda 4 millones más de lo presupuestado

El AT, se define como el sistema para el reparto del coste de mantenimiento de las infraestructuras -en este caso la N-I- mediante el uso que hacen de la instalación los vehículos pesados. Por tanto, los 13,1 millones recaudados en 2018 -10,8 millones sin tener en cuenta el IVA- irán destinados a tener a punto la vía, siempre y cuando el Supremo no refrende la anulación del sistema dictado por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) y establezca algún tipo de devolución o compensación a los transportistas.

Hasta que eso ocurra, el departamento de Infraestructuras Viarias hace un balance positivo de ese primer curso de operatividad del peaje de la N-I, con un resultado superior al previsto en cuanto a recaudación, aunque el análisis en detalle deje quizá un cierto regusto agridulce en el seno del departamento.

No cabe duda de que es más beneficioso para las arcas forales que se logren más fondos de los previstos para nutrir, sin necesidad de echar tanta mano de los presupuestos, las inversiones para mantener a punto la N-I. Pero es innegable que ese incremento en los ingresos viene propiciado por un uso mayor de lo esperado en las proyecciones para el curso pasado, donde se esperaba que el establecimiento de esas tarifas por cruzar la N-I en su tramo guipuzcoano sirvieran para descargar cierto transito en la autopista. Desde el departamento que dirige Aintzane Oiarbide admiten que «de momento el tráfico pesado que se ha desviado a la autopista no es muy alto», pero esperan que la tendencia que se apunta en la comparación entre 2017 y 2018 se siga ahondando este año. Ponen como referencia el caso del segundo cinturón, donde los usuarios «necesitaron casi cuatro años para cambiar de costumbres».

Unas costumbres que creen que se modificarán tarde o temprano. Lo que cambiará antes, eso sí, será el propio sistema de peajes de la N-I, que para antes del mes de mayo deberá tener instalados los nuevos pórticos como reza la Norma Foral aprobada en octubre del pasado año y que busca acabar con cualquier duda en torno a la discriminación a transportistas foráneos del proyecto todavía vigente, denunciada por el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) y admitida por el Superior vasco. La sentencia anulatoria concluía que este esquema penaliza a los transportistas de fuera de Gipuzkoa porque son ellos quienes realizan los tramos más largos y, por tanto, los que tienen asociado un pago mayor, mientras que los guipuzcoanos se mueven sobre todo por dentro del territorio y abonan solo la tarifa de Andoain (menos de un euro).

El actual sistema y con el que se ha logrado esta recaudación de 13,1 millones en 2018 consta de tres arcos colocados en Etzegarate, Andoain e Irun (este último grava el tramo Andoain-Astigarraga). Cobra tres tramos: Astigarraga-Andoain (10,3 kilómetros), Andoain-Andoain (2,2 kilómetros) e Idiazabal-Etzegarate (7,4 kilómetros). En proporción, se paga entre 0,56 euros (a vehículos entre 3,5 y 12 toneladas) y 0,69 euros (a trailers de más de 12 toneladas) cada paso por el arco intermedio de Andoain, pero el precio se eleva a 5,56 euros -6,89 a los de mayor tonelaje- a los transportistas que realizan el trayecto entre Astigarraga y Etzegarate.

El esquema se modificará a partir de mayo -la Diputación sostiene que no habrá ningún retraso para que todo esté a punto para ese mes- y requerirá de una inversión total de 3,3 millones de euros, que tiene en cuenta la obra civil, los nuevos arcos y el rediseño del software. Unos trabajos que ya se están llevando a cabo. Sea como fuere, el presupuesto necesario para implantar el nuevo sistema es inferior al sobreingreso registrado por el actual peaje en 2018 (4,1 millones).

El nuevo proyecto lleva ya unos meses siendo analizado por la Comisión Europea y la Diputación espera recibir en breve el informe con el beneplácito europeo. En ese plan, el último tramo se quedará como está, pero los otros dos sufrirán variaciones para tratar de evitar cualquier interpretación de posible discriminación hacia transportistas no guipuzcoanos. El TSJPV falló que los dos pasos exteriores captados por los arcos de Etzegarate e Irun son mayoritariamente transitados por camiones no guipuzcoanos, que, por tanto, pagan más.

El departamento deberá instalar un pórtico en el tramo de la A-15 en Astigarraga para gravar un nuevo recorrido de 3,19 kilómetros (desde el enlace de Zikuñaga de Hernani hasta su final en el enlace con la AP-8 y la GI-41 en Astigarraga). El nuevo formato alarga el tramo interno cobrado por el arco de Andoain de 2,2 a 5,37 kilómetros -bien sea hacia Lasarte por la N-I o hacia Urnieta por la A-15- y completa el trazado a cobrar con los citados 3,19 kilómetros de Astigarraga. Dejará de funcionar el arco de Irun, que podía llevar a confusiones por su ubicación, dado que cobraba el tramo Andoain-Astigarraga y no todos los kilómetros hasta la frontera.

Para cerrar el nuevo proyecto que incluye la Norma Foral, al nuevo pórtico en Astigarraga se le añadirá otro micropórtico en la salida de Andoain para que los que entran ahí puedan abonar una cantidad menor equivalente a 2,2 kilómetros a través de un TAG.