No sé de donde nos viene ese miedo atávico a quedarnos sin papel higiénico. En las primeras semanas del Covid una multitud agotó las reservas ... mundiales, un dato estremecedor si tenemos en cuenta que cada día se producen 83 millones de rollos. Esta semana el papel de wáter ha vuelto a desaparecer de los estantes ante la amenaza de desabastecimiento.
Se necesitan más de 350 árboles para fabricar el papel que cada uno de nosotros gasta en su vida. Un rollo de papel higiénico dura unos cinco días pero, por suerte para el planeta, el 70 por ciento de la población mundial no usa papel para limpiarse. Unos por razones económicas, algunos por que en su cultura se utiliza el agua y otros por falta de árboles en su zona.
Hasta hace 150 años nuestros abuelos se arreglaban con lo que tiene usted ahora en las manos. (Absténganse de probarlo quienes leen este artículo en formato digital ). Tras varios intentos y patentes, a finales del XIX los hermanos Scott, los mismos de scottex, produjeron a gran escala el rollo que hoy conocemos.
Desde entonces, el papel higiénico ha sido sinónimo de refinamiento íntimo. Aunque no hace falta sacar las cosas de quicio como hicieron los funcionarios del Ministerio de Exteriores francés en 1901. El zar de Rusia visitó París y un diplomático galo, fanático de los detalles, ordenó imprimir el escudo imperial ruso en el papel higiénico destinado a sus aposentos. Por fortuna, los rollos no llegaron al cuarto de baño y todo quedó en papel mojado.
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