Ser padre es una responsabilidad reciente. Los hombres comenzamos a involucrarnos en la crianza de nuestros hijos hace sólo seis mil años pero, básicamente, ha ... sido un trabajo de madres. Hasta mediados del siglo XX el compromiso principal de un padre era proporcionar seguridad económica y hacer guardar la disciplina mediante la autoridad.
Cualquiera puede engendrar un hijo pero darle sentido a la palabra padre te lleva la vida. Yo he intentado transmitir a mis hijas muy pocas cosas, aquellas que fuera capaz de sostener con el ejemplo. Lo he hecho así porque creo que los padres podemos enseñar poco. Son los hijos los que aprenden. Observan para establecer su propio sistema de reglas y principios. Construyen su personalidad recordando lo que ven más que lo que escuchan. Esto es algo que repito de oídas porque lo único que conocí de mi padre fue su ausencia. Primero como huérfano prematuro, y después como padre, he llegado hasta aquí improvisando.
El modelo que establece un padre con sus hijos determina cómo se relacionarán estos con otras personas. Por eso creo que es de gran ayuda marcarse un propósito. Y creo que, hoy, los padres tenemos una responsabilidad especial. Ayudar a cambiar las relaciones de género. Aprender como hombres a vivir en igualdad es la mejor forma de animar a nuestros hijos a mejorar nuestro ejemplo más adelante. Porque la desigualdad se denuncia en la calle pero es en el hogar donde se aprende a ser y a sentirse iguales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión