Era el 24 de junio de 1947. El piloto privado Kenneth Arnold, cuando sobrevolaba el Monte Rainier, en el estado de Washington, USA, vio nueve ... objetos que parecían moverse al unísono. Su forma era de bumerán, probablemente eran aves en formación. Arnold, al describir sus movimientos, dijo que pegaban saltos, de modo similar a como lo haría un plato, lanzado rasante al agua. El plato chocaría con el agua, rebotaría, continuaría su viaje, caería y volvería a rebotar… Lo mismo que todos hemos hecho de niños, lanzando un canto plano al agua. Su aspecto era el de bumerán, pero el periodista con el que habló -Bill Baquette- confundió la forma con el modo de dar saltos y así nació la era de los «platillos» o «discos voladores», también llamados ovnis.
Ese tema siempre me ha resultado muy interesante. Pero no se confundan. No creo que los ovnis tengan nada que ver con seres del espacio exterior. Los ovnis reflejan perfectamente cómo nace, crece y se propaga hasta hacerse casi universal un mito.
En un libro recién publicado, de Ignacio Cabria, que se titula 'Historia cultural de los ovnis en España 1950-1990', el párrafo final resume lo que son los ovnis de un modo magistral: «La conclusión final de esta historia es que los ovnis y los extraterrestres se han constituido como un mito moderno y que forman ya parte de la cultura contemporánea y de una manera de entender el mundo y la modernidad».
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