La Diputación estudia cómo ampliar las plazas en las residencias cercanas a Txara II tras las quejas de las familias

La diputada de Cuidados y Políticas Sociales de Gipuzkoa Maite Peña se pronunció este martes por primera vez públicamente sobre este paso que la Diputación ha dado en el proceso de adaptación de los centros residenciales a la nueva realidad demográfica del territorio, pero que ha creado cierta inquietud y quejas en los usuarios y sus familiares. «Estamos en contacto con las familias para analizar dónde va a poder ir cada uno en este lapso de tiempo de dos años», transmitió Peña.

El principal problema para los mayores y sus familiares son las afecciones que este cambio pueda generar en su día a día al trasladarse a una zona que puede resultar lejana al entorno habitual y menos accesible, ya que Txara cuenta con varias líneas de autobús y la estación del Topo en sus inmediaciones. Ayer mismo, una hija que visitaba a su madre –que cumple hoy 99 años– transmitía a este periódico que «todavía no hemos tenido la reunión individual con servicios sociales, estamos a la espera y un poco intranquilas porque Zizurkil nos queda muy lejos, son 25 kilómetros ir y 25 volver. Además, mi madre es consciente de dónde está, supondría un cambio radical para ella».

Los trabajadores de Txara I van a trasladarse en bloque a Fraisoro, edificio recientemente renovado y que en la actualidad está vacío. «Hay usuarios que priorizan esa vinculación con el equipo y quieren seguir siendo atendidos por el mismo personal en Zizurkil», explicó Maite Peña. «Sin embargo, hay otros usuarios que priorizan la vinculación con la zona, el barrio o el municipio de Donostia». Para este segundo grupo, el departamento de Cuidados y Política Social tiene contempladas tres opciones. «Estamos trabajando por un lado en incrementar las plazas en residencias de la propia zona, en dar respuesta a las demandas de traslados que algunas personas van a solicitar porque se quieren acercar más a sus municipios de origen, y también estamos barajando el propio traslado a Txara II». Sobre esta última opción, Peña detalló que «tenemos una serie de criterios que estamos trabajando junto a las familias y primará la situación de cada persona y lo que la familia priorice». Insistió en que «intentaremos dar la mejor respuesta a cada persona», sin esconder que el destino de Zizurkil será el mayoritario.

Esas declaraciones las hizo tras la visita que realizó junto a la diputada general, Eider Mendoza, y al alcalde de Lasarte-Oria, Agustín Valdivia, a la residencia Atsobakar, que está siendo remodelada para ampliar de 57 a 108 plazas su capacidad. Esas obras, a diferencia de las futuras de Txara I, sí se están pudiendo desarrollar mientras los usuarios y los trabajadores hacen vida en su interior. Maite Peña explicó que «en Txara no es posible fundamentalmente por dos cuestiones: va a desaparecer la escalera central y también todo el patio».

Esos trabajos de remodelación responden a la nueva estrategia que está llevando a cabo la Diputación de adaptar las residencias de mayores en espacios «mucho más hogareños», donde las nuevas necesidades «requieren hacer unidades convivenciales más pequeñas, habitaciones individuales o baños de uso individual». En ese sentido, a los nuevos equipamientos que el departamento de Cuidados y Políticas Sociales está construyendo en Pasaia, Irun o Elgoibar con el fin de incrementar las plazas disponibles se suma la mencionada remodelación de los espacios ya existentes. «La apuesta con Txara es clara para adecuarla al nuevo modelo y disponer de nuevas plazas».

La Diputación tuvo una primera reunión con las familias «hace seis meses» y durante la primera quincena de septiembre se entrevistará uno a uno con todos los usuarios para estudiar las posibilidades existentes acerca del traslado. «Responderemos en la medida de lo posible a los deseos, situaciones y necesidades de las personas que están residiendo», destacó Peña, quien también pidió «comprensión, empatía, paciencia y colaboración» a las familias. «Estamos trabajando para que las obras y los traslados afecten en la menor medida posible a la vida de estas personas y así poder dar respuesta a las prioridades que cada usuario y familia tiene».