El propietario del pesquero se reafirma: «Hubo un momento de tensión, incluso me zarandearon»
El armador del 'Beti Aingeru' insiste en que «uno de los tripulantes amagó con lanzar por la borda al patrón del barco, que se refugió en el puente de mando»
DV
Lunes, 29 de septiembre 2025
Lejos de calmarse, la polémica entre el armador y la tripulación presuntamente amotinada del pesquero guipuzcoano 'Beti Aingeru', con base entre Pasaia y Getaria, siguió ... avivándose ayer. Al mismo tiempo que media docena de trabajadores del barco relataban a DV su versión de los hechos, admitiendo que se produjeron momentos de «tensión» pero negando cualquier acto de violencia o amenaza, el armador se reafirmaba en sus palabras de la víspera, en las que, como publicó ayer este periódico, acusó a los arrantzales de agredirle, amenazarle, «casi» tirarle al agua y amenazar al patrón del pesquero con tirarle por la borda.
Según su visión de lo sucedido, el sábado -día en el que se desarrollaron los hechos- «hubo un momento de tensión, incluso me zarandearon. Son cosas pequeñas que pasan en el mar -apunta- pero esta vez los cargos, en vez de calmar al resto, los alentaron», aseguró en declaraciones a Euskadi Irratia, .
El propietario del pesquero continúa su relato señalando que en un momento del enfrentamiento, los arrantzales le dijeron: «aquí quedamos cuatro tripulantes, viene uno más de camino y cuando llegue regresaremos a casa». Según el armador, «se les dijo que volveríamos a casa cuando termináramos esta campaña, pero no han cumplido», censura.
Añade que uno de los tripulantes «amenazó con lanzar por la borda al patrón», lo que les obligó -al capitán y a él mismo-, a «refugiarse en el puente de mando». Tras avisar a otros barcos que faenaban por la zona y a tierra, la llegada de una patrullera de la Guardia Civil hasta la posición del 'Beti Aingeru' calmó la situación y los policías no necesitaron subir a bordo. Tras llegar al puerto de Gijón, los tripulantes amotinados abandonaron el barco.
El incidente tuvo lugar sobre las 15.00 horas del sábado. A esa hora los servicios de emergencia recibieron una llamada de auxilio desde un barco que participaba en la costera del bonito a doce millas de Ribadesella. Hasta el lugar se trasladó una patrullera de la Guardia Civil, que procedió a escoltar al barco hasta el puerto de Gijón.
«Aquí quedamos cuatro tripulantes, viene uno más de camino y cuando llegue regresaremos al casa.» El armador del barco pasaitarra 'Beti Aingeru' ratifica su versión sobre los acontecimientos que se sucedieron a bordo el pasado sábado y que acabaron la intervención de la Guardia Civil para evitar un conato de motín y con el buque amarrado en el puerto de Gijón.
«Hubo un momento de tensión, incluso me zarandearon. Son cosas pequeñas que pasan en el mar, pero esta vez lo cargos, en vez de calmarlos, los alentaron», asegura.
Según el armador, «se les dijo que volveríamos a casa cuando termináramis esta campaña, pero no han cumplido», en declaraciones a Euskadi Irratia.
Añade que uno de los tripulantes amenazó con lanzar por la borda al patrón, lo que les obligó a refugiarse en el puente de mando. Tras avisar a otros barcos que faenaban por la zona y a tierra, la llegada de una patrullera de la Guardia Civil hasta la posición del 'Beti Aingeru' calmó la situación y los policías no necesitaron subir a bordo. Tras llegar al puerto de Gijón, los tripulantes amotinados abandonaron el barco.
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