La calle de la memoria
1923 | En Semana Santa, «al campo a merendar»El 30 de marzo de 1923 era Viernes Santo. Visitas a iglesias y espectáculos píos. Pero como aún gobernaba el Partido Liberal (antes del golpe ... de Primo de Rivera), la Semana Santa no se vivía con la solemnidad y recogimiento de fechas posteriores.
Al menos leyendo el periódico republicano 'La Voz de Guipúzcoa', nos quedamos con la sensación de que aquellos días transcurrían entre lo religioso y lo festivo. En el diario hasta piropeaban a las jóvenes mujeres que visitaban los templos ataviadas con peineta, mantilla y vestido negro.
En la crónica diaria 'De sol a sol', Asordep escribía: «El día de Jueves Santo, hermoso día, se vieron los templos concurridísimos, asistiendo los fieles a cuantos actos religiosos se celebraron. En las calles, el movimiento fue grande y circularon por ellas grupos de hermosas donostiarras, ataviadas con la airosa mantilla española, capaces de trastornarle a uno más que la teoría de la relatividad de Einstein. Las había para todos los gustos, 'desde quince hasta treinta y dos', y cada 'puri' que quitaba el sentido de la orientación».
1923
En la Semana Santa de hace un siglo los actos religiosos se combinaban con un aire festivo traducido en excursiones y cafés llenos. Algunos piropeaban a los «grupos de hermosas donostiarras, ataviadas con la airosa mantilla española»
En 'La Voz de Guipúzcoa' del 30 de marzo de hace un siglo daban una imagen bastante ligera de las fechas sacras...
«Muchas familias se fueron al campo a merendar y libar la sidra burbujeante que, a la salida de la 'kupela', resulta más dulce y sabrosa que la propia 'sagarras' (...). El paseo de la tarde en el 'Bule', muy animado, y los cafés, llenos de bote en bote».
Todo aquello, mezclado con los numerosos actos religiosos y la costumbre de ofrecer espectáculos de corte sacro. Como comentaba Asordep, «en el Victoria Eugenia y en el Príncipe se han proyectado películas con asuntos religiosos, y en el Casino y el Kursaal se han celebrado conciertos sacros».
Concretamente, en aquella Semana Santa de cien años atrás, en el Victoria Eugenia proyectaron «la grandiosa cinta con visión artístico-religiosa» 'Christus', «aprobada por la autoridad eclesiástica». y en el teatro Príncipe, «la sensacional obra artístico religiosa», 'María de Magdala'.
«Apretadas filas»
Los conciertos que, a las 16:30 y 21:45, ofrecía la orquesta del Gran Casino que dirigía el maestro Larrocha, incluían en sus programas únicamente música sacra. Lo mismo ocurría con el concierto de la orquesta del maestro Figuerido en el Gran Kursaal, con «la señora Stepper» y Remigio Peña como voces solistas. Tras su actuación, en el Kursaal proyectaban 'El Galileo o la Pasión de N. S. Jesucristo'.
El Viernes Santo de 1923 salió pronto, a las cinco de la tarde, la procesión del Santo Entierro de la parroquia de San Vicente. Como escribieron al día siguiente, «en el Bulevar era considerable el número de personas que se congregó durante el paso de la procesión, costando gran trabajo a los celadores mantener el orden y abrir paso entre las apretadas filas de curiosos».
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