«1960 | San Sebastián se queda sin su Quincena»
La noticia a última hora de que el Gobierno italiano retiraba las subvenciones a las representaciones de óperas en el extranjero dejó a la ciudad sin capacidad de reacción
Había estupor y rabia tras el comentario que pudo leerse en DV el 14 de julio de 1960: «No podemos creerlo, aunque nos lo asegura ... quien tiene motivos de estar bien enterado: este verano San Sebastián se queda sin su Quincena Musical. Pensamos en Paco Ferrer, el querido amigo fallecido, que ponía sus ilusiones en esta gran manifestación artística que prestigiaba a nuestra ciudad. No podemos creerlo, porque estamos seguros de que el donostiarrismo se impondrá y el programa de espectáculos veraniegos no sufrirá una merma así (...)».
Con donostiarrismo o sin él, en 1960 no pudo celebrarse la Quincena Musical. El gran festival de música clásica donostiarra, uno de los más veteranos de Europa, tuvo un año en blanco en su trayectoria entre 1939 y nuestros días. Entre otros factores, la clave estuvo en la retirada de las subvenciones del Gobierno italiano.
Debemos recordar que, desde sus inicios, la base de la Quincena Musical donostiarra eran las representaciones operísticas, con producción y participantes italianos, que el régimen de Mussolini apoyaba económicamente para mejorar su imagen en países 'amigos' como España. Con la caída del fascismo, sus gobiernos republicanos mantuvieron la tradición y siguieron subvencionando las representaciones operísticas en nuestra Quincena.
En 1959, por ejemplo, cuatro de las siete jornadas con que contó la XX edición ofrecieron 'Representaciones de ópera italiana' (protagonizaron el resto los Ballets Olaeta y el Gran Ballet del Marqués de Cuevas). Las óperas, que fueron 'L'elisir d'amore', 'La Bohème' (dos funciones) y 'Rigoletto', eran producciones de la Associazione Lirica e Concertistica Italiana de Milán, con la orquesta de la Associazione Italiana di Diffusione Educazione Musicale de Florencia, según decían los programas, «bajo el Alto Patronato de S.E. Don Pellegrino Gighi, embajador de Italia en España».
En 1960, sin embargo, se rompió el hilo. El 15 de julio de aquel año se confirmaba la suspensión y Tristán de Easo (seudónimo de Vicente Escudero) explicaba así la situación: «El Ayuntamiento de San Sebastián concedía estos últimos años –como el presente– la suma de 350.000 pesetas de subvención, cantidad que la consideramos insuficiente. Pero para la XXI Quincena Musical había dispuesto la misma cantidad más el déficit que se pudiera tener por la ampliación del programa con dos conciertos (...)».
«Pero en esta ocasión el hilo se ha roto en Roma. La Asociación Italiana de Difusión y Educación Musical de Florencia, que estos últimos años corría a cargo de las representaciones de ópera, y con rotundo éxito, no disfrutará en el presente ejercicio de una subvención del Gobierno de Roma para intervenir en San Sebastián».
La falta de tiempo y de dinero hizo que se decidiera suspender la Quincena de 1960. Regresaría en 1961... y nuevamente con óperas italianas.
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