Borrar
Coches de caballos y automóviles mecánicos convivieron durante años en las calles PASCUAL MARÍN
La calle de la memoria

1925 | Riesgo de insolación para los caballos

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Miércoles, 18 de junio 2025, 02:00

Hace un siglo, en vez de los taxis que conocemos hoy, había coches de punto, esto es, pequeños carruajes con parada en un punto o lugar fijo, que daban un servicio público a quienes necesitaran alquilarlos momentáneamente para cubrir algún trayecto.

Hace cien años hubo un pequeño revuelo en San Sebastián porque «las autoridades gubernativa y municipal, puestas de acuerdo», decidieron trasladar la fila de los coches de punto de un lado de la avenida de la Libertad a su zona central.

En 'La Voz de Guipúzcoa' analizaron la situación y pidieron sus opiniones a los cocheros. El 18 de junio de 1925 llegaron a la conclusión de que el cambio acarreaba inconvenientes «varios y no despreciables», aunque reconocieran que «la disposición tomada, haciendo que los coches de punto se sitúen en el centro de la Avenida, ofrece una ventaja; la de que, libres las orillas del arroyo, quede más espaciosa y desahogada la superficie destinada al tránsito rodado».

El primer inconveniente era que la fila formada «llega algunas veces a ser tan apretada, que los vehículos casi se tocan uno con otros, dificultando el paso de un lado a otro de la Avenida, cuando se la quiere cruzar por el trayecto comprendido entre dos calles».

1925 Avenida de la Libertad

Las autoridades cambiaron la parada de los coches punto al centro. «Los caballos, allí detenidos largo rato, parecen atontados cuando se ponen en marcha y temen que alguno llegue a caer, víctima de la insolación»

El segundo fallo que encontraban en 'La Voz de Guipúzcoa' al cambio era que «las deyecciones del ganado quedaban más disimuladas y hasta los orines corrían por la cuneta a su desagüe cuando los coches estaban parados en la orilla del arroyo. Detenidos ahora en el centro, los 'detritus' de los caballos corren a ambos lados por la superficie convexa de la rodadura, ensucian mucho más y se descomponen también más fácilmente, porque les da el sol de modo directo».

Un asco, oiga. Y esa exposición a los rayos solares tenían también otro tipo de consecuencias negativas...

«Por el mismo motivo de pegar el sol de plano en las horas que más fuerza tiene, el ganado padece los efectos del calor muy sensiblemente». Los caballos se torraban al sol.

Caballos «atontados»

«Nos dicen los cocheros –podía leerse en el periódico el 17-VI-1925– que hay veces en que los caballos, allí detenidos largo rato, parecen atontados cuando se ponen en marcha y temen que alguno llegue a caer, víctima de la insolación, en los días que el calor apriete».

«Y no sólo el ganado, sino que los mismos cocheros, cuando deben permanecer en el pescante, están expuestos a sufrir estas molestias. Todo esto se evita cuando los carruajes tienen su punto de parada donde antes, acogidos a la sombra de los árboles».

Desde 'La Voz de Guipúzcoa' pedían a las autoridades que tuvieran en consideración estas observaciones, «si la experiencia ha venido a demostrar que el régimen nuevo es peor que el antiguo».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco 1925 | Riesgo de insolación para los caballos

1925 | Riesgo de insolación para los caballos