«En el laboratorio no puede haber errores»
A diferencia de otros países, en España no es obligatorio usar un sistema de trazabilidad para evitar el cruce de muestras de pacientes
Hace unas semanas, se conoció el fallo del Hospital Puerta del Mar de Cádiz en el que practicaron una fecundación in vitro a una ... mujer con el esperma de un hombre que no era su pareja. Los progenitores se han dado cuenta del error recientemente, dos años después de nacer el bebé.
El caso gaditano ha reabierto el debate sobre los protocolos de seguridad en los tratamientos de reproducción asistida, ya que a diferencia de otros países, en España no es obligatorio el uso de sistemas informáticos de trazabilidad para evitar el cruce de muestras, «aunque sí es altamente recomendable, por lo que su uso depende de cada centro o clínica», explican Rebeca Fernández y María Velasco, codirectoras de laboratorio de IVF Donostia.
Hace cinco años que comenzaron a usar el sistema Gidget, un lector de códigos con el que se escanea cada pegatina que ponen en cada una de las placas, tubos o soportes por los que pasan las muestras.
Cada minucioso paso está identificado. Desde que se extrae el óvulo de una mujer, se recoge la muestra de semen o se introduce en una de las máquinas cuya función es reproducir el útero materno para que se cree el embrión pasados los cinco días.
Un trabajo metódico
En el laboratorio, relatan, el trabajo debe ser metódico, escrupulosamente ordenado «y no puede haber errores». Aún así, contar con un sistema de estas características «da mucha tranquilidad, porque todos tenemos días en los que estamos más cansados, y este sistema ayuda a estar más atentas en cada paso que damos».
Además, en el hipotético caso de que se escaneara una muestra que no corresponde al paciente, «salta una alarma y el sistema se bloquea, impidiendo seguir con el proceso. Solo los supervisores pueden desbloquear el sistema, y se tiene que anotar el motivo de la incidencia», explican.
Cada QR escaneado y verificado permite además tener un registro de la hora y el profesional que ha realizado cada procedimiento, y toda esa información queda almacenada en el sistema. «Trabajamos con información muy sensible», coinciden.
Cada embrión es la esperanza de una pareja de lograr ser padres, y prueba de ello es la sensibilidad con la que tratan cada muestra. «Trabajamos con mucha presión, y para nosotros el embrión está por encima de todo», enfatiza Rebeca.
En el caso de la unidad de reproducción del Hospital Donostia, este medio no ha podido confirmar el protocolo de seguridad que tienen para evitar el cruce de muestras, ya que no se han facilitado los datos.
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