«Para ellas es un juego, una especie de entrenamiento para aprender a cazar»
A pesar de ser considerados como uno de los mayores depredadores del océano, «no atacan a humanos»
De apariencia intimidatoria y con fama de ser uno de los depredadores más letales del océano, pero las orcas «no atacan a humanos». Lo asegura ... Víctor Álvarez, biólogo del Aquarium de Donostia. «Cuando atacan a embarcaciones, como la de Deba esta semana, lo hacen por mera curiosidad, es un juego. Una especie de entrenamiento para aprender técnicas de caza», explica Álvarez. Estos animales «enseñan comportamientos de generación en generación», de orcas más viejas a las más jóvenes de la manada. «Aprenden de sus madres y cada manada tiene sus técnicas, saben perfectamente lo que hacen».
Aunque no atacan directamente a seres humanos, los marineros afectados en Deba han comprobado que pueden hacerlo de manera indirecta. «Son animales muy inteligentes, tanto que en muchos casos tienen curiosidad por los barcos, la comida y otras muchas cosas. En este caso fue el timón, pero también pudieron sentirse amenazadas por la presencia del barco o simplemente confundirlo con una de sus presas», analiza el biólogo del Aquarium.
Las orcas, que son familia de los delfines, comparten la alta capacidad cognitiva de sus parientes. «Es muy curioso. Cuando son crías ven lo que hace su madre y se comportan igual, lo imitan». Las manadas de orcas están lideradas por «una hembra alfa», que generalmente suele ser la más vieja.
Migraciones y comida
Álvarez asegura que, aunque no se vean todos los días, es «bastante normal» verlas en nuestra costa. «Son de la familia de los delfines, animales que no se quedan siempre en el mismo sitio. Se mueven, van de un sitio a otro en busca de comida, de sus zonas de apareamiento o de cría». La reciente aparición de orcas en la costa guipuzcoana, apunta el biólogo, puede estar relacionada con su alimentación. «Ahora ha entrado el bonito, entonces suelen perseguir los barcos pesqueros porque es un alimento que les gusta mucho». Según observa el técnico del centro donostiarra, puede estar vinculado a los «flujos migratorios» de estos animales. «Hay algunas colonias de orcas que en su camino hacia el norte pasan por aquí», indica.
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