Una joven de Idiazabal muere en México en otro accidente de moto

La isla de Cozumel, en el Caribe mexicano, es un sueño para cualquier amante del mar, la playa, las ruinas mayas, la luz o las resevas naturales. Lo era también para Maddi García, de 34 años, y Mikel Imaz, de 38, una pareja de Idiazabal, muy conocida en la localidad, que decidió pasar unos días en este destino para celebrar que Maddi, una antropóloga muy tenaz, había aprobado las oposiciones de profesora. Y celebrarlo por todo lo alto.

Un accidente mortal se lo impidió y Maddi está muerta. Siguieron recomendaciones de la isla -«es aconsejable recorrerla en coche de punta a punta»- y alquilaron una moto para ello. Pero según apuntan las fuentes oficiales del país azteca, su vehículo invadió el carril de automóviles e impactó de frente contra un taxi que aparentemente circulaba por encima de los límites de velocidad establecidos en esa vía y no pudo frenar a tiempo. Ambos pasajeros quedaron inconscientes y tendidos sobre el asfalto con graves lesiones.

Los servicios de emergencia se personaron en el lugar y trasladaron a los heridos al hospital donde nada pudieron hacer para salvar a la conductora. La joven, que vivía junto a su pareja y la madre de éste en el caserío Artetxe, falleció como consecuencia del grave traumatismo craneoencefálico sufrido. El taxista también tuvo que ser trasladado al hospital al presentar una severa crisis nerviosa. La Fiscalía del Estado informó ayer de que se ha abierto una investigación contra el taxista por presunto homicidio involuntario.

Mikel Imaz permanece hospitalizado, pero el propio alcalde de Idiazabal, Ioritz Imaz, (que no guarda ningún parentesco con él), afirmó ayer que había hablado con la familia y que el chico, que se dedica a las tareas del caserío familiar, se encuentra fuera de peligro aunque permanece en el hospital. Desde la Diputación de Gipuzkoa, su portavoz, Imanol Lasa, aseguró que su institución va a colaborar para que la pareja pueda llegar al territorio y a su pueblo.

El alcalde Imaz resumía la conmoción que ayer se vivía en el pueblo. Porque todo el mundo conocía a estos chicos, nacidos en Idiazabal y residentes allí. No eran demasiado amigos de la vida social y los vecinos les califican de discretos. Él es hijo único, ella tenía una hermana y una sobrina de corta edad.

«Maddi, además, estaba muy relacionada con el patrimonio cultural y he coincido con ellos en distintos saraos», comentaba ayer el alcalde. «Tengo una sensación muy rara, de dolor, de que hay una persona que está muerta y que además se encuentra lejos. Nunca parece que estas cosas van a pasar en el lugar en el que vives y a gente que conoces». Maddi fue entrevistada en este periódico cuando recibió una beca por su trabajo sobre la cultura del coche en el Goierri.