Un joven se enfrenta a 11 años de cárcel por abusar de una niña de trece años
Los hechos habrían tenido lugar en 2020, cuando la supuesta víctima se fugó de un centro de menores y conoció al acusado
Un joven de 23 años se enfrenta a una pena de prisión de once años, acusado de un delito continuado de abusos sexuales sobre una ... niña de 13 años que se fugó de un centro de menores de Aia y que convivió con el acusado –que en el aquel momento tenía 19 años de edad– durante cuatro días en una habitación de un piso en Errenteria. La Audiencia Provincial de Gipuzkoa juzgará el próximo lunes estos hechos, para los que la Fiscalía solicita una pena de once años de cárcel, dos de ellos sustituidos por su expulsión del territorio español y sin poder regresar en los nueve años siguientes.
Asimismo se solicita la imposición de la medida de libertad vigilada consistente en la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia no inferior a 150 metros, además de la prohibición de comunicarse con ella durante siete años.
La Fiscalía reclama también la obligación de participar en programas formativos en materia de educación sexual, igualdad de género y trato no discriminatorio y que sea inhabilitado para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto con menores por un tiempo de 15 años.
El procesado, que ahora tiene 23 años, convivió con la menor durante cuatro días en una habitación de Errenteria
Los hechos a juzgar habrían tenido lugar en 2020, cuando la menor, que entonces tenía 13 años, se dio a la fuga del centro tutelado donde residía, en Aia. Según detalla el escrito de la Fiscalía, conoció al acusado, de 19 años, con el que convivió en un domicilio situado en Errenteria durante el 8 y el 11 de septiembre de ese mismo año.
«Consciente» de su edad
En su texto, el Ministerio Público relata que el joven, en varias ocasiones, «guiado por un ánimo libidinoso realizó actos de naturaleza sexual con la menor», en la habitación del domicilio donde convivían ambos, «prevaliéndose de la poca edad de la misma y de su situación de especial vulnerabilidad».
Según la Fiscalía de Gipuzkoa, el presunto agresor era «plenamente consciente» de la edad de la menor, y llevó con ella diferentes prácticas sexuales, «tales como felaciones con eyaculación en la boca», «besos en el cuello y en la boca», «tocamientos con los dedos en el área genital» así como «frotamiento del pene con eyaculación en la zona genital externa».
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