Tal día como hoy, un 9 de julio, de 1993, los doctores Peter Gill y Kevin Sullivan, del Servicio Británico de Ciencias Forenses en Birmingham, ... daban a conocer que sus estudios genéticos, realizados sobre fragmentos de huesos encontrados en Ekaterinburgo en 1979, demostraban que eran de la familia del zar Nicolás II. Para este estudio los científicos contaron con contribuciones de ADN por parte de familiares conocidos del zar, entre ellos el príncipe Felipe de Edimburgo. Los resultados eran concluyentes. Se habían identificado los cadáveres del zar, la zarina, Olga, Tatiana y Anastasia Romanov.
La identificación de Anastasia fue un jarro de agua fría para todos los que pensaban que la princesa se había salvado y que, como muy bien saben, dio lugar a varias películas de éxito. Entre ellas, una de 1956 protagonizada por Yul Brynner e Ingrid Bergman y otra de dibujos animados de la 20th Century Fox.
No obstante, quedaba una pequeña duda sobre la identidad del zar, pues los datos no lo aseguraban al 100%. Fue en 1995 cuando el Laboratorio de identificación de ADN de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos confirmó que se trataban de los restos del zar al comparar su ADN mitocondrial con el de su hermano más joven, Georgij Romanov, exhumado en 1994.
Sin duda, este día fue muy importante para la ciencia forense del ADN pues demostraba que podía contribuir a resolver hechos históricos.
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