
Juan José Mateos
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Juan José Mateos
El guardia civil Juan José Mateos, irunés de adopción y retirado del servicio activo como consecuencia de las secuelas de un atentado de ETA, acaba ... de publicar 'Estrecho. La frontera salvaje del narco español' (Ed. Arzalia), un libro protesta contra el narcotráfico que nace a raíz de las «terribles» imágenes grabadas en febrero de 2024 en Barbate, donde murieron dos agentes embestidos por una narcolancha. En esta novela de no ficción el nexo de unión con el sur de España surge «de las operaciones antidroga que en un porcentaje muy alto salen y se desarrollan en Gipuzkoa, ya que el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) pertenece a la Unidad Orgánica de Policía Judicial guipuzcoana», resume. La presentación del libro, organizada por Ateneo Guipuzcoano, será hoy a las 18.30 horas, en la librería Zubieta de Donostia. La mitad de los ingresos por esta obra se destinarán a los huérfanos de los guardias asesinados en Barbate.
–¿Qué cuenta 'Estrecho. La frontera salvaje del narco español'?
–Los protagonistas son miembros de un equipo de delincuencia organizada antidroga de Gipuzkoa que persiguen a varios traficantes de Azkoitia y esa investigación nos lleva al sur de España, ya que se trata de una organización criminal a nivel global. Cuento cómo les seguimos, cómo tenemos que montar todos los operativos y cómo uno de los traficantes, Fekir –nombre ficticio–, nos lleva hasta el Estrecho Gibraltar.
–Usted era uno de esos guardias civiles.
–Yo estaba integrado en el equipo de Policía Judicial y el libro lo escribo a raíz de mis vivencias personales. La operación surge en 2010 cuando se producen un buen número de detenidos. A raíz de esas detenciones se hace un estudio y se ve que Gipuzkoa es una de las principales provincias de consumo de hachís. Los jóvenes empiezan muy pronto y, lógicamente, los traficantes lo ven. En ese tiempo, de hecho, Gipuzkoa era la primera o la segunda provincia en consumo, ahora ha descendido un poco y está al nivel de Valencia.
–¿A qué se debe que se dé aquí tanto consumo como en Valencia?
–Aquí hay mucha permisividad en el consumo callejero, que es donde más se consume. También es donde antes se empieza a consumir. A diferencia de otras comunidades autónomas, aquí sí que es verdad que no sabemos por qué, se tolera mucho más. Las policías locales o autonómicas apenas emiten infracciones, apenas denuncian consumo en la vía pública, cuando está prohibido. En Valencia, por ejemplo, es un hecho que hay mucho consumo, pero ahí sí que se denuncia mucho por la Ley 1.92, de Seguridad Ciudadana. Dentro de la Comunidad Autónoma Vasca, sin embargo, no es donde más se incauta porque la Policía autonómica no tiene medios para trabajar a nivel global, como sí los tienen la Guardia Civil o la Policía Nacional.
–¿El territorio guipuzcoano es un lugar geoestratégico en las rutas del narcotráfico por su ubicación fronteriza?
–No, porque el transporte que nosotros controlamos se hace prácticamente por carretera. Son traficantes que captan a jóvenes de Euskadi, les pagan un dinero y lo transportan.
–¿Jóvenes vascos?
–Muchos son terceras generaciones de migrantes que vinieron de Marruecos y otros son vascos con nivel cultural bajo y de familias desestructuradas. O gente que ha hecho del tráfico de droga una forma de vida.
–¿Qué tipo de droga se mueve?
–Sobre todo derivados del cannabis. En cocaína, por ejemplo, aquí hay un consumo bastante moderado. En cuanto a LSD, sin embargo, con Cantabria, Gipuzkoa es de las provincia que más se consume.
–¿Hay alguna zona concreta del territorio en la que se consume más que en otras?
–Donde más se consume es en los núcleos urbanos grandes, San Sebastián e Irun, donde siempre ha habido muchísimo tráfico, también porque los franceses vienen a comprar a España, seguramente. Siempre ha habido mucho trasiego por la frontera de transportes pesados y de turismos. Muchas de las operaciones surgían por eso.
–El libro nace además como protesta tras la muerte de dos guardias civiles en Barbate en febrero de 2024.
–Más de la mitad del libro son operaciones de Gipuzkoa con Francia, operaciones con la Policía local, seguimientos, apostaderos que hago yo porque procedo del grupo antiterrorista del GAR (Grupo de Acción Rápida). Y sí, efectivamente, al final es un libro protesta para concienciar a los jóvenes. Son aventuras reales que están contadas como una manera de concienciar para que los jóvenes tengan en cuenta que, si se meten en este mundo del trapicheo de droga, seguramente no salgan.
–¿No se sale?
–Es difícil porque crean una deuda con los grandes traficantes. Aunque vayan a prisión, esa deuda que han generado la tienen que pagar igualmente a traficantes que te van a amenazar y te van a coaccionar. ¿Y cómo la pagan? Pues volviendo a traficar. Con un sueldo normal no pueden afrontar determinado nivel de vida al que se han acostumbrado o no pueden afrontar esas deudas que han contraído.
–Propone soluciones, ¿por ejemplo?
–Mientras no se aborde de manera prioritaria este problema de orden público e internacional, España seguirá siendo el eslabón débil de una de las fronteras más salvajes del mundo.
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