Gipuzkoa ayuda con hasta 424 euros a los hogares que acojan a sus familiares dependientes

Otras dos personas fallecieron ayer en residencias de mayores de Gipuzkoa –una en Yurreamendi de Tolosa y otra en Santa Ana, de Zarautz– elevando a 28 el número de residentes de estos centros fallecidos a causa del Covid-19. En cualquier caso, el dato, facilitado en su comparecencia vespertina por la portavoz foral Eider Mendoza, se aleja de las ocho muertes que se produjeron el viernes, hasta la fecha el día más duro en las residencias guipuzcoanas que, aunque en menor medida que en otras comunidades, están siendo muy castigadas por el virus.

Mendoza informó también de que las pruebas realizadas en los establecimientos de la red de residencias de Gipuzkoa, cuyos 65 centros atienden a 5.425 personas, han permitido detectar 37 nuevos positivos, lo que eleva la cifra total a 178 infectados. Además de quienes permanecen en las residencias, en la Cruz Roja de San Sebastián se atiende a 34 personas (cinco más que el viernes) y son nueve las que están hospitalizadas (tres más).

Eider Mendoza, además de desgranar los datos de la jornada, que de confirmarse en días sucesivos podrían hacer pensar en que también en el segmento de más riesgo la tendencia es positiva, dio a conocer una nueva medida foral que prevé ayudas para los familiares que acojan temporalmente en casa a sus allegados que vivan ahora en residencias.

La medida se enmarca en el plan de choque aprobado por la Diputación Foral el pasado 24 de marzo, y se detalla en una Orden Foral que se publicó el viernes en el Boletín Oficial de Gipuzkoa. Básicamente, prevé proporcionar ayudas técnicas y económicas a quienes acojan en casa, con carácter excepcional, a «personas usuarias de centros residenciales para personas mayores dependientes, de centros residenciales para personas con discapacidad y viviendas con apoyos a un domicilio particular desde la entrada en vigor del estado de alarma causado».

El programa está dotado con 244.884 euros y permanecerá activo mientras persista el estado de alarma. Básicamente, ofrece ayudas técnicas a las familias que permitirán atender adecuadamente a la persona y deberán devolverse una vez finalice el período de permanencia en casa –somieres articulados, grúas, sillas de ducha e inodoro con ruedas, etc...–, así como ayudas económicas que varían en función del grado de dependencia de la persona que se acoge. Se estipula «una ayuda mensual de 424 euros para dependientes de grado 1 y 2, y 338 euros para personas valoradas con dependencia grado 3», explicó Mendoza, que confirmó que «todas las personas que soliciten ser trasladadas al domicilio mantendrán la reserva de su plaza, y no se les cobrará por ello».

La portavoz añadió que el programa, concebido «para apoyar a las familias», busca responder a las peticiones recogidas y «no pretende ser masivo». De hecho, hasta ahora la demanda no ha sido excesiva, ya que de una red de más de 240 centros, donde se atiende a un total de 7.000 personas, hasta la fecha han solicitado el retorno al domicilio 150 personas, en su gran mayoría «residentes en centros y pequeñas unidades de convivencia para personas con discapacidad».

Por otra parte, la asociación Gipuzkoako Senideak criticó a través de una nota el hecho de que «en las residencias no hay criterios homogéneos con las medidas tomadas para el resto de la población», calificando de «increíble» que «en las residencias las trabajadoras y trabajadores, cogen sus vacaciones con normalidad, festivos y demás cuestiones laborales».