El 7 de enero de 1610 Galileo empezó a escribir cartas en las que exponía sus descubrimientos astronómicos. En la primera nos describe la Luna. ... En astronomía se llama 'terminador lunar' a la zona que separa la parte iluminada de Luna de la parte oscura. Al ver y dibujar el 'terminador' Galileo ve que se trata de montañas y de cráteres. Hoy esto nos parece trivial, pero en su época aquello fue innovador y perturbador. Debemos tener en cuenta que imperaban las ideas de Aristóteles para el que todo lo que había en el cielo era perfecto, y la forma de la Luna y de los planetas debía ser una esfera pulida. Una prueba de ello nos la da Dante Alighieri en su obra 'La Divina Comedia' al llamarla 'perla eterna'.
Las ideas de Galileo son revolucionarias pues demuestran que el gran maestro Aristóteles estaba equivocado. Galileo no solo nos dice que la Luna tiene cráteres y montañas, también nos dice que muchos son más grandes que los que hay en la Tierra. Los cielos no eran perfectos.
Hoy tenemos pruebas de que Galileo no fue el primero que miró a la Luna con telescopio. Thomas Harriot lo hizo antes. Pero sí fue el primero que dedujo de aquellas sombras la existencia de cráteres. Para ello, sin duda, jugó un papel importante el que era un buen dibujante y había usado sombreados para representar las montañas. Ese mismo día, Galileo observó cuatro grandes lunas en Júpiter: Io, Europa, Ganimedes y Calisto.
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