La Fiscalía mantiene la petición de pena de más de 7 años de prisión para los padres
La defensa, en cambio, exige una sentencia absolutoria debido a que «las pruebas no son suficientes»
«Sólo queremos que nos dejen ser padres y demostrar que queremos a nuestra hija. La hemos cuidado como nadie». Este ha sido el alegato ... final de la madre acusada de zarandear a su bebé de apenas dos meses en 2023. La vista oral que se ha celebrado desde este lunes en la Audiencia Provincial ha concluido hoy con la última sesión, en la que las partes involucradas han aportado las últimas conclusiones. La Fiscalía, por su parte, mantiene la petición de pena de siete años y siete meses para los dos progenitores por asesinato en grado de tentativa, y suscribe la privación de la patria potestad que solicitaba en el escrito de acusación. La defensa, en cambio, exige una sentencia absolutoria debido a que las pruebas presentadas «no son suficientes».
Las intervenciones tanto de la Fiscalía como de la parte defensora, representada por la letrada Silvia Domínguez, de SDG Abogados, han marcado la última jornada del juicio. El primer turno ha sido para el ministerio fiscal, que ha diferenciado «dos elementos a considerar: la causa de las patologías detectadas y la autoría». Respecto a la primera de las interrogantes, ha establecido que «no hay dudas de que se trata del síndrome del niño zarandeado». Haciendo referencia a las personas declarantes en las anteriores sesiones del juicio subraya que «sólo un perito excluye el síndrome como causa de las lesiones y lo hace por una hemorragia que sufrió la niña ocho meses después, de la cual no se tiene constancia porque no debió ser grave».
Sin embargo, «los demás peritos, junto con intensivistas pediátricos e incluso la directora de pediatría del Hospital Donostia se decantan por el síndrome del niño zarandeado», destaca la Fiscalía. Aunque reconoce que es «un caso difícil», las pruebas presentadas «parecen indicar que la causa de las patologías es el zarandeo, una causa delictiva». En relación a la autoría, resulta «más probable que sólo uno de los progenitores realizara el zarandeo», por lo que, «si realmente fue así, significa que el otro lo consintió y no lo impidió, siendo considerado copartícipe». Esta es la razón por la que se exige la pena de prisión «para los dos progenitores».
«No queda acreditado»
Una vez concluido el alegato del ministerio fiscal, ha llegado el turno de la abogada defensora. «Exijo una sentencia absolutoria para mis representados, las pruebas no son suficientes. No se refiere dónde, cómo o cuándo sucedió el zarandeo, por ejemplo». Según ha expuesto, los cuidados por parte de los padres «han sido ejemplares, la llevaban al médico al mínimo síntoma y ahora siguen realizándole pruebas a pesar de que han sacado a la bebé del seguro médico que poseían». Precisamente ha resaltado que «han seguido llevando a la niña al médico después de la acusación. Si la hubieran zarandeado, no se arriesgarían a que se descubrieran pruebas en revisiones médicas».
También ha citado la versión de dos de los peritos declarantes, que apuntaron hacia «patologías genéticas» como causa de las lesiones. La defensa añade que «existía sintomatología anterior a la acusación y sigue habiendo síntomas a posteriori, como la facilidad para desarrollar hematomas».
En último lugar, la madre de la pequeña ha intervenido, visiblemente afectada, para reclamar que «nos dejen ser padres y demostrar que queremos a nuestra hija. La hemos cuidado como nadie». Durante su intervención ha adelantado también que «a la niña se le ha encontrado una nueva lesión en la retina que podría ser una hemorragia». El caso ha quedado visto para sentencia.
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