La Ertzaintza registra el piso del detenido por la agresión de Beasain en busca de más pruebas
El investigado por seis violaciones tiene 35 años, es de origen rumano y reside en Ordizia. Fuentes policiales indican que las pruebas biológicas obtenidas incriminan, sin género de dudas, al encausado en el ataque sexual del pasado fin de semana
javier peñalba
Domingo, 21 de julio 2019, 07:27
La Ertzaintza mantuvo el sábado una actividad frenética en busca de nuevas pruebas y evidencias para confirmar la participación del varón que fue detenido ... el viernes por la agresión sexual cometida en Beasain el pasado fin de semana, así como en otras cinco que permanecían sin esclarecer desde 2012 en Gipuzkoa. Los agentes del grupo de 'Casos' de la comisaría de Oria efectuaron desde primera hora de la mañana varios registros en el domicilio del encausado así como en trasteros y otros locales que utiliza.
Fuentes próximas a la investigación indicaron que el detenido cuenta con 35 años, es de origen rumano y reside en Ordizia. El sospechoso estuvo presente en las entradas y registros que se practicaron, al igual que la letrada de la administración de justicia del juzgado de Tolosa que instruye el caso. Los agentes intervinieron diversos efectos que han sido remitidos al laboratorio de la propia Policía vasca a Erandio para su análisis.
El sospechoso fue detenido después de que los policías al frente de la investigación tuviesen la confirmación de que las muestras biológicas que fueron obtenidas en Beasain era coincidentes con el perfil genético del encausado. La Policía llevaba varios días tras la pista de este individuo, de quien tenía algo más que una mera intuición de que estaba implicado en el último ataque que se produjo poco antes de las dos y media de la madrugada del sábado de la pasada semana. El autor aguardó a que la joven saliera de casa para abordarla y asaltarla en el mismo descansillo. Cuando la chica abrió la puerta del domicilio para dirigirse a su trabajo fue atacada por el agresor, una persona de gran corpulencia, que le propinó varios golpes en la cara que le dejaron aturdida. Se cree que seguidamente le roció con una sustancia paralizante que le mantuvo inconsciente. Sin oposición alguna, el varón la introdujo de nuevo en el piso y fue allí donde consumó el ataque sexual.
Transcurrido un tiempo, la joven recobró el conocimiento y comprobó que había sido víctima de una violación. La tardanza en acudir al trabajo llevó el responsable de la empresa a llamar por teléfono a su empleada que le informó de lo que acababa de suceder. En los instantes posteriores, el jefe puso los hechos en conocimiento del centro de coordinación de emergencias mediante una llamada al 112. Desde el central cursaron la orden a la Ertzaintza.
Fuentes policiales indican que las pruebas biológicas obtenidas incriminan, sin género de dudas, al detenido en la agresión de Beasain. Los ertzainas habían realizado sobre él varios seguimientos. En uno de ellos consiguieron llevarse de un bar un recipiente que estaba siendo utilizado por el sospechoso para comprobar si su perfil genético coincidía con el ADN extraído del agresor en los primeros pasos de la investigación. Los resultados confirmaron las sospechas sobre la agresión de Beasain y además pusieron al descubierto que coincidían con otras cinco agresiones, que se habrían cometido desde 2012 en Gipuzkoa y que todavía estaban pendientes de resolver. El primero de estos ataques no resueltos se perpetró en 2012 en Tolosa.
Asimismo, fuentes consultadas indican que el agresor conocía a la víctima o cuando menos a su entorno familiar. Sabía a qué hora salía de casa para acudir al trabajo y, además, poseía información de que la noche de autos se encontraba sola en casa, porque sus padres se habían ausentado unos días antes para irse de vacaciones.
Se cree que este conocimiento de la situación fue el que le llevó al atrevimiento de aguardar a la víctima en el descansillo de la casa y permanecer un tiempo hasta que la chica saliera. La llegada o salida de algún vecino bien podía haberle delatado.
Tras los registros que ayer fueron practicados, el detenido fue conducido a los calabozos de la comisaría de Oria, en Tolosa. A lo largo del día de hoy, los agentes al frente de la investigación seguirán practicando nuevas diligencias y tendrán que trabajar en las otras cinco agresiones que aún quedan por resolver, algunas de los cuales permanecían archivadas «por falta de autor conocido». Los casos tendrán que ser reabiertos.
Todo induce a pensar que será mañana cuando el acusado sea puesto a disposición de la autoridad judicial. Estará asistido por un letrado.
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