Donostia rescata la propuesta de implantar la tasa turística que la pandemia paralizó
El alcalde, Eneko Goia, recuerda que el proyecto se pospuso por la irrupción del Covid y apunta que con la «vuelta a la normalidad» hay que «volver a poner este asunto sobre la mesa»
La posibilidad de que San Sebastián y otros municipios de Gipuzkoa que lo deseen puedan cobrar una tasa a los turistas que pernocten en un ... establecimiento del pueblo o ciudad está cerca de volver a estar sobre la mesa de las instituciones. El alcalde donostiarra, Eneko Goia (PNV), rescató ayer la idea, que ya estaba muy avanzada a comienzos de 2020, pero que quedó pospuesta por la irrupción del Covid. Una vez superada la fase de restricciones por la pandemia y ante la constatación de que el turismo no solo ha recuperado ya este verano las cifras de visitantes previas a la crisis sanitaria, sino que todo apunta a que va a ser una temporada de récord, el primer edil considera que «en una situación de vuelta a la normalidad hay que volver a poner encima de la mesa la posible implantación de las tasas turísticas».
Era cuestión de tiempo que este asunto volviera a salir a la palestra. Y no es casualidad que el encargado de hacerlo haya sido el regidor de la ciudad que más presión turística soporta en Euskadi. De hecho, San Sebastián es el municipio que antes de la pandemia con más énfasis defendía la implantación de este canon a los visitantes y el que apuntaba a ser el primero en implantarlo.
Como se recordará, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia trabajaban a finales de 2019 en el diseño de la normativa que diera amparo legal a esta tasa, que se cobra desde hace años en numerosos países europeos y, en España, en Cataluña y Baleares, a las que se sumará en 2024 la Comunidad Valenciana, que ya tramita su propia ley sobre esta cuestión.
Dentro de ese trabajo colaborativo, ambas administraciones crearon una mesa interinstitucional cuya primera reunión se celebró el 24 de febrero de 2020, escasos días antes de que el coronavirus hiciera saltar todo por los aires.
«Todos entendemos que durante dos años no se ha avanzado en este tema porque en una situación en la que se estaban articulando ayudas a los sectores más afectados por la pandemia, crear una tasa era una contradicción», apuntó ayer Goia en una entrevista en la Cadena Ser. Pero superada la crisis epidemiológica, toca recuperar asuntos pendientes como este, vino a decir el alcalde.
«A la vuelta del verano habrá que volver a tocar la puerta» (de la Diputación de Gipuzkoa)
Porque el proyecto de creación de la tasa turística quedó aparcado, no anulado. Al inicio de la pandemia, la concejala de Turismo Sostenible de San Sebastián, Cristina Lagé (PSE), ya advirtió de que «los alojamientos no están ahora para esta cuestión», pero «cuando los niveles turísticos recuperen las cifras prepandemia nos pondremos manos a la obra».
Y ese momento ha llegado, al menos en opinión del alcalde donostiarra, que considera que «a la vuelta del verano habrá que volver a tocar la puerta» (de la Diputación, se entiende).
'No' a una norma vasca
De momento no ha habido nuevos contactos, confirman fuentes del Ayuntamiento donostiarra. «No hay novedad al respecto», ratifican en la Diputación.
Aunque competencialmente la tasa turística debería ser cosa del Gobierno Vasco, tras años de análisis y debate este rechazó en 2019 alumbrar un gravamen para todo Euskadi. Por dos motivos. El primero, que ni Bizkaia ni Álava lo apoyaban, como tampoco la mayoría de municipios vascos. Incluso el Parlamento Vasco rechazó la toma en consideración de una proposición de ley a este respecto. El segundo, que tampoco cree en esta figura. La tesis mayoritaria en Euskadi es que el País Vasco no sufre la presión turística de otras comunidades y, por tanto, no es necesario cargar este sobrecoste en la factura de los alojamientos.
Ayuntamiento y Diputación habían formado una mesa de trabajo para analizar quién y cómo recaudarla
Además, siempre según los contrarios a la tasa, siendo el vasco un turismo muy centrado en el verano, la implantación de este canon podría entorpecer los esfuerzos que se están haciendo para desestacionalizar las visitas y atraer turistas fuera de las temporadas altas.
El Ejecutivo autonómico sí dejó a cambio vía libre a que las diputaciones y ayuntamientos que lo deseen analicen las posibles vías para hacer realidad la tasa turística, a través de normas forales, ordenanzas municipales, o el instrumento que juzguen adecuado, siempre bajo criterios de legalidad.
La idea es que el canon se aplique en los municipios que voluntariamente decidan hacerlo
Es este el motivo por el que el partido del canon pasó a jugarse a finales de 2019 entre la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia, las dos instituciones más proclives a permitir la implantación de esta tasa en aquellos municipios que, de forma voluntaria, la consideren pertinente.
Fuentes del departamento de Turismo del Gobierno Vasco que dirige Javier Hurtado (PSE), recordaron que «salvo alguna excepción como Donostia, nadie aboga en Euskadi por la implantación de una tasa turística» y reafirmaron la apuesta del Gobierno Vasco por promover «un turismo sostenible, que se consigue mediante estrategias de desestacionalización, reparto de flujos, alargamiento de las estancias y diversificando la oferta promoviendo recursos menos conocidos».
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