«Estaba dispuesto a pasar por la máquina de la verdad porque no participé»

Los hechos ocurrieron la madrugada del 15 de mayo de 2021, sobre las 00.45 horas. La víctima regresaba a casa caminando con su patinete eléctrico y cuando pasaba junto a la plaza Viteri de Pasai Antxo fue abordado por un varón que, según recoge la Fiscalía de Gipuzkoa en su escrito de acusación provisional, «le pidió un cigarrillo y posteriormente su patinete eléctrico y su teléfono móvil». El joven se negó, momento en el que otro varón le pegó un empujón, el cual le devolvió, logrando zafarse de ellos y continuar su marcha hacia su domicilio. Cuando llegaba a su portal, en la calle Blas de Lezo de Pasai Antxo, un grupo de personas agredió al joven mediante golpes, patadas y llegando a utilizar palos, bastones y armas blancas. La víctima fue acuchillada en las manos, la cara y la espalda.

En la primera sesión del juicio, en la que hubo numerosa presencia policial por las desavenencias que existen entre algunos de los procesados, declararon nueve de ellos: cinco hombres y cuatro mujeres. La mayoría de los procesados son familia, y el día en el que ocurrieron los hechos habían acudido a Pasaia a celebrar el cumpleaños de un familiar, padre de varios de ellos. Tras estar en su casa bajaron a una plaza para seguir con la celebración, pero los vecinos se quejaron y se personó la Ertzaintza en el lugar, que les identificó. Después, aseguran, se marcharon a sus casas, y por tanto no tuvieron nada que ver con la agresión.

«Supe de esto cuando me citaron», «No intervine en la agresión», «Tiene que ser un error», «Yo no estaba allí», «Soy una persona muy tranquila», fueron algunas de las frases que dijeron ante el tribunal. Uno de los acusados afirma que no estaba en Pasaia ese día y niega incluso haber sido identificado por la Er-tzaintza, como consta en las actuaciones policiales. Respecto a que el denunciante le identificó como uno de los agresores, dijo que «o se droga o toma pastillas o no sé que hace, algo toma para decir eso».

Otro de ellos asegura que después de que la policía les echase de la plaza se fue a casa con su mujer y sus hijos, y que pasó por una gasolinera a la que solicitó las cámaras de seguridad para demostrarlo, pero que estas habían sido borradas. En este sentido, afirmó que estaba dispuesto a someterse «a la máquina de la verdad, al polígrafo», e incluso a análisis de sangre, porque está «seguro de que no participé».

Las desavenencias entre familiares también fueron tratadas durante la primera sesión, ya que uno de los acusados tiene, como explicaron, «prohibida la entrada a Pasajes» por un «conflicto grave» que tuvo en el pasado con tres allegados, dos de ellos acusados también en esta causa.

Este hombre relató que por esa razón no había sido invitado al cumpleaños ni estaba en la localidad, algo que confirmaron todos los procesados. «Tenemos enemistad desde 2019, dos de ellos me agredieron, me apuñalaron en una pierna, me enviaron amenazas por el móvil y dispararon contra la vivienda de mis hermanos. Les denuncié y les condenaron», señaló. Por estos hechos se aplicó «la ley gitana y yo no puedo pisar Pasajes ni ellos donde yo vivo». «La ley gitana lo prohibió para que no haya conflictos», reiteró otra de las encausadas.

El juicio continuará este martes con la declaración del resto de acusados y otros testigos.