Ayudas de 400.000 euros a los ganaderos para tratar el virus que afecta a las vacas
La Diputación eleva a 833 las reses afectadas por la enfermedad hemorrágica epizoótica y ya ha contabilizado 116 cabezas fallecidas
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha anunciado que pondrá en marcha ayudas por un total de 400.000 euros para los ganaderos con el objetivo de paliar los daños ocasionados por la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) al sector bovino. Según los últimos datos ofrecidos ayer, cerca de 833 vacas de 380 explotaciones están afectadas por este virus, que continúa expandiéndose sin freno por todo el territorio. Esta cifra supone casi el triple de las contabilizadas hasta hace apenas cinco días, cuando el diputado de Equilibrio Territorial Verde de Gipuzkoa, Xabier Arruti, notificó que eran unas 300 reses pertenecientes a 132 explotaciones las que habían contraído la EHE. A fecha de hoy, el balance es de 116 cabezas de ganado fallecidas, mientras que el viernes pasado la cifra rondaba las 90. La situación no mejorará mientras las altas temperaturas sigan entre nosotros, ya que el calor favorece la propagación de los mosquitos del género colicoides, encargados de transmitir la enfermedad.
Tal y como informó Arruti, la convocatoria se aprobará en el Consejo de Gobierno y se publicará «en breves fechas» en el Boletín Oficial de Gipuzkoa (BOG), «iniciándose el plazo para que los ganaderos afectados puedan presentar sus solicitudes». La enfermedad está extendida por todo el territorio, pero afecta con especial «dureza a zonas como Zarautz, Usurbil, Andoain y Zizurkil», detalló. La zona este, donde se encuentran localidades como Donostia e Irun, también están sufriendo este problema, aunque en menor medida y desde hace menos tiempo. Asimismo, Bizkaia y Álava cuentan con focos declarados.
380
es el número de explotaciones guipuzcoanas afectadas a día de hoy por la enfermedad hemorrágica epizoótica. En apenas cinco días la cifra se ha triplicado en el territorio.
Según destacó el diputado foral, «las ayudas tendrán dos conceptos: uno por los perjuicios económicos causados en la actividad de las explotaciones, y otro a modo de compensación por las reses fallecidas». Para conocimiento de los perjudicados, «el pago se realizará antes de finales de año», añadió. «Somos conscientes de la dureza de la situación que está viviendo el sector, que ya afrontaba desafíos de mucho calado. Y al igual que hicimos durante la pandemia poniendo en marcha distintas ayudas de urgencia para los sectores más perjudicados, tenemos la total determinación de proteger una actividad fundamental para Gipuzkoa, su economía, su paisaje y su equilibrio», expresó Arruti durante su comparecencia.
Además, el diputado foral quiso trasladar «todo su ánimo y cercanía» a los ganaderos. «No hablamos solo de daños económicos, porque el desgaste emocional y anímico de ver cómo la salud de los animales empeora es grande, y ese es un aspecto que tenemos muy en cuenta», reconoció Arruti antes de añadir que desde la Diputación seguirán «estando a su lado».
No afecta al ser humano
Por otro lado, la Diputación de Gipuzkoa explicó que los trámites para poner en marcha estas ayudas fueron compartidos con los agentes del sector, por el propio Arruti y los responsables políticos y técnicos de la institución foral en la reunión realizada este pasado martes por la Mesa de Seguimiento impulsada por la institución. En este encuentro participaron representantes de agentes y asociaciones como Abelur, Lurgintza, ENBA, EHNE, Blonda, Terreña, Limousin, GIFE, Gitxegi y Abere Albaitariak.
Además de analizar la evolución de la enfermedad y compartir información sobre su afección, en esta mesa se abordan las medidas a adoptar para hacerle frente desde la colaboración. Cabe recordar que la enfermedad hemorrágica epizoótica es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa transmitida por la picadura de insectos. «En ningún caso es contagioso para los seres humanos y la carne de estos animales se puede consumir con absoluta tranquilidad», recordó.
La EHE provoca en las vacas dificultad al andar, con cojeras y desequilibrios, las deja desorientadas y deprimidas, y se les inflama y enrojece el morro y la lengua, con salivación y mucosidad, lo que trae consigo la complejidad para comer y beber. Esta afección, que históricamente ha circulado en América del Norte, Australia, Asia y África, se detectó por primera vez en España en dos explotaciones de bovino en las provincias de Cádiz y Sevilla.