Cuatro años de cárcel para el extesorero de la AMPA de La Salle Donostia por sustraer 228.000 euros
La Audiencia desestima las atenuantes de toxicomanía y adicción al juego que alegó
La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a cuatro años de prisión al extesorero de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del ... colegio La Sa-lle de San Sebastián que se apropió de 228.977 euros de los fondos de la entidad. El tribunal de la Sección Primera ha desestimado los argumentos esgrimidos por el acusado que alegó que fue su adicción al juego y a las drogas lo que le llevó a detraer el dinero de las cuentas de la asociación. La sentencia no es firme y, por lo tanto, puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
La Audiencia guipuzcoana da por probados los hechos que durante el juicio defendieron la Fiscalía y la acusación particular ejercida por los padres y que en el proceso han estado representados por el letrado donostiarra Ignacio Tejada.
Los hechos se remontan a 2014. El acusado, en su condición de tesorero de la AMPA, tenía capacidad para disponer de los fondos de la asociación y aprovechando la confianza en él depositada y su credibilidad profesional, desde principios de 2014 hasta el 17 de septiembre del mismo año, se apoderó de diversas sumas de dinero que obtuvo de las cuentas bancarias abiertas a nombre de la asociación.
Parte del dinero era de un fondo para sufragar becas para alumnos con padres fallecidos
Las extracciones se llevaron a cabo en múltiples ocasiones, según precisa la Fiscalía, hasta apropiarse de un total de 228.977 euros. Los hechos se descubrieron en el mes de septiembre, tras lo cual, la asociación interpuso una denuncia en el Juzgado de Guardia de la capital guipuzcoana. Asimismo, se informó de la situación a los padres en el transcurso de una asamblea general extraordinaria que dada la trascendencia del hecho tuvo una asistencia masiva.
El desfalco afectó a unos 600 padres y madres que vieron cómo las cuentas de la asociación quedaron sin fondos y fue necesaria la contratación de créditos, con su coste añadido, para poder seguir haciendo frente a los proyectos que la asociación tenía.
Parte de este dinero iba destinado a un fondo de estudios que se mantenía desde hacia un cuarto de siglo y que estaba dirigido a sufragar becas gratuitas en caso de fallecimiento de algunos de los padres de los escolares.
El tesorero comenzó presuntamente a apropiarse de pequeñas cantidades en abril y mayo, si bien una vez terminado el curso fue cuando sacó mayores cantidades de dinero.
Giros irregulares
Los hechos quedaron de manifiesto cuando el centro escolar comenzó a recibir llamadas de los progenitores, después de que se les cargasen en sus cuentas diversos giros de manera irregular. En unos casos se había adelantado la fecha de cobro e incluso se habían exigido pagos a alumnos que ya no cursaban estudios en el centro.
La Fiscalía estimó que los hechos cometidos por el extesorero eran constitutivos de un delito de apropiación indebida por el que solicitó una pena de cuatro años de prisión, además de una multa de 2.600 euros. De la misma forma, se demanda que devuelva a la asociación los 228.977 euros que sustrajo, a los que habrá que añadir los intereses legales de dicha cantidad.
La acusación ejercida por la asociación de padres y madres, cuyos intereses defendió Ignacio Tejada, solicitó 6 años de prisión. El abogado defensor, Iñigo Arozamena, reclamó la absolución.
Durante la vista, el encausado reconoció los hechos. Admitió que sustrajo las cantidades que había en las cuentas de las tres entidades con las que operaba la asociación: Targo Bank, Kutxabank y Caja Laboral. Confesó que derivó las sumas a cuentas de las que era titular y también a otra de su esposa, sin que esta se percatara de ello. También efectuó pagos con la tarjeta expedida a nombre de la AMPA, con la que igualmente extrajo dinero en metálico. «No soy consciente de todo lo que saqué», dijo entonces ante el tribunal.
Justificó su actuación con estas palabras. «Tuve un problema personal. Empecé a hacer una serie de cosas que no debía haber hecho. Y comencé a consumir cocaína, primero una cantidad pequeña, pero luego se me fue de las manos. Empecé a tomar cada vez más y me asusté. No sabía cómo salir y me refugié en la cocaína y en el juego».
Escarceos con la droga
El acusado manifestó que los primeros escarceos con la droga fueron anteriores a la fecha de su toma de posesión como tesorero. «Empecé antes a coquetear con ella. Fue de forma muy esporádica, pero la cosa fue a más y cuando me di cuenta de la que estaba liando, los consumos fueron a lo bestia. No fue algo progresivo. Mi día a día era comprar droga y refugiarme en cualquier sitio. La necesitaba para evadirme. Me enganché muy rápido y no dejé de hacerlo. Me sentí adicto hasta el final».
El acusado, informático de profesión, reconoció que en el mismo periodo sufrió problemas de adicción al juego que le llevaron a invertir en tragaperras así como en casinos online y en el de San Sebastián.
El acusado dijo que actualmente carece de recursos para devolver el dinero. «Ahora mismo vivo con mi madre y no puedo pagar ni la pensión a mis hijos», afirmó. Su defensa estudia la posibilidad de interponer un recurso.
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