El deporte, la hostelería y la cultura asumen la «dificultad» de controlar los accesos

La decisión de ampliar la obligatoriedad de la presentación del certificado sanitario a buena parte de los recintos cerrados de Euskadi, afecta de lleno a sectores como el de la cultura, el deporte y la hostelería. En general, se asume la resolución con cierta naturalidad, teniendo en cuenta que otras comunidades autónomas y países ya habían establecido una medida semejante. Aunque también se alerta de que el reducido personal del que disponen algunos clubes, entidades o locales hosteleros puede dificultar la labor de control de los certificados en las puertas de entrada.

Buena parte de los principales clubes de baloncesto, balonmano, hockey hielo o fútbol sala deberán pedir el pasaporte Covid a quien quiera acceder a sus graderíos. Otros deportes como la pelota estudian «las distintas posibilidades y esperarán para dar una respuesta» sobre esta exigencia, indican desde una de las dos promotoras que organizan los festivales en los frontones.

El Gipuzkoa Basket recibirá el día 22 al Movistar Estudiantes en Illunbe. «Cumpliremos con todos los protocolos», asegura Ibon Muñoz. El director general del club entiende que «la gente se va acostumbrando» al pasaporte, y reforzarán el personal «en los accesos para que se cumplan todas las normas».

El Juaristi ISB acoge el viernes al Valladolid en el polideportivo de Azkoitia. Su director deportivo, José Luis Zubizarreta 'Xubi', admite que «no hemos pensando mucho cómo lo haremos, pero nos tendremos que poner en la puerta para pedir el pasaporte Covid». Asume que los clubes más pequeños y con menos recursos se pueden ver más afectados por la medida. «Siempre tengo voluntarios y se tendrá que poner algún padre o directivo en la puerta, no podemos contratar a nadie». No lo critica, pero «es un paso que no nos va a facilitar el acceso».

En situación parecida está el Txuri Urdin de hockey hielo. El sábado reciben al Nordic Vikings en el Palacio del Hielo. El pase covid «es una complicación más, a nosotros nos hace falta personal. Sanitariamente hablando es importante, pero no tenemos dinero para contratar a nadie», dice la presidenta, Rosa Zubeldia, quien teme que acuda «menos» público a sus partidos, algo que ya venían observando. «A la gente le cuesta venir a espacios cerrados, y ahora entiendo que más. Con el equipo masculino antes de la pandemia llenábamos el pabellón y ahora no hacemos ni el 50%. Y económicamente nos afecta muchísimo», apostilla.

Antes de recibir el decreto, en Donostia Kultura ya contaban con la posibilidad de que fuera necesario presentar el pase covid para que los asistentes a sus eventos puedan entrar en los recintos. «Entendemos que nos afecta a todos nuestros espacios», señala Miguel Martín, responsable del área de Música de la entidad municipal. Uno de los primeros conciertos que se podría ver afectado por la aplicación del pase covid en Euskadi sería el recital de Petti mañana en el Victoria Eugenia. La premisa que van a seguir es «funcionar con la mayor agilidad para que el público no se amontone antes del inicio de las sesiones; al evitar las colas se disminuye el riesgo de posibles contagios». Primero se solicitará el documento que acredita que se está vacunado. Después, ya en la misma entrada a la sala es cuando se pedirá la entrada. Aquellos que hayan adquirido una previamente, pero no tengan el pase sanitario podrán recuperar su dinero porque «se trata de una circunstancia sobrevenida». En la SADE, también asumen que los espectadores deberán presentar la entrada y el pasaporte para acceder a sus cines.

La asociación Hostelería Gipuzkoa acoge con sensaciones ambivalentes la obligatoriedad del pasaporte Covid en casi todo recinto cerrado más allá de la hostelería. Su secretario general, Kino Martínez, considera esta generalización como «un paso adelante en el control de la pandemia» que, de paso, «deja de estigmatizar al sector», al asumirse que cualquier recinto puede convertirse en foco de contagios si no se guardan las medidas de prevención. Pero advierte de que en Gipuzkoa existen «gran cantidad de pequeños bares, regentados por tan solo dos o tres personas, que no tienen capacidad económica para contratar a una persona dedicada a estar en la puerta pidiendo el certificado». Por ello, reclama al Gobierno Vasco «flexibilidad y excepciones» para que estos negocios puedan pedir el pase covid «en el interior del local, por ejemplo al pedir la consumición». El gerente de Hostelería Gipuzkoa admite que hasta hoy la exigencia del pase sanitario en establecimientos de ocio nocturno y restaurantes con más de 50 comensales no ha supuesto gran problema, pero «los primeros cuentan habitualmente con personal de seguridad y los segundos con plantillas más o menos amplias», puntualiza.

A su juicio, la extensión del pasaporte «llega tarde» y puede generar incomodidad al sector y a la clientela, pero no es tan lesiva como los cierres o limitaciones de aforos y horarios. «No la aplaudimos pero la asumimos en el momento que vivimos», recalca. Además, censura que se queden fuera de la exigencia otros ámbitos como las sociedades o los comedores de empresa, donde «nos consta que se han producido contagios». Respecto a la exigencia de reclamar a los clientes el DNI, «duda» sobre la capacidad legal de los hosteleros para ello, pero lo harán «sin entrar en conflicto con el cliente».

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