Accidente mortal en la GI-636
«Algo hay que hacer con esta carretera y las vías del tren, van varios muertos»Vecinos de la zona de Gaintxurizketa, donde ayer falleció un hombre de 58 años en un choque frontal, reclaman a las instituciones «una solución»
La quinta vida en prácticamente un año que se cobró ayer la GI-636, en un margen de únicamente 4 kilómetros en el municipio de ... Lezo, reavivó la indignación entre los vecinos de la zona de Gaintxurizketa. «Algo hay que hacer con esta carretera y las vías del tren, van varios muertos», fue el comentario generalizado al conocer el fallecimiento de un hombre de 58 años como consecuencia de un choque frontal. En esta línea, exigieron «una solución lo antes posible», en sintonía con las declaraciones realizadas poco antes por el alcalde de Lezo, Mikel Arruti.
«Cuántas muertes más debe haber para que hagan algo», insistieron los vecinos. «Cuando menos deberían advertir de que se trata de un tramo de concentración de accidentes», reflexionaron en el vecindario próximo a la estación de tren. Es verdad que no hay ninguna señal que avise del peligro en los alrededor de 5 kilómetros entre el túnel de Altamira y la cima de Gaintxurizketa, donde tampoco hay ninguna señal de límite de velocidad, por lo que prevalece el máximo genérico de 90 km/h. La única indicación vinculada a la velocidad en sentido Irun está a la salida del túnel e informa del final del tope de 80 km/h que empieza en el otro extremo. Solo hay una recomendación de no sobrepasar de 70 km/h, precisamente en la curva del accidente de ayer. En sentido Donostia sucede otro tanto, con dos recomendaciones de 70 km/h en sendas curvas.
Fuentes de la Policía vasca transmitieron ayer a este periódico que la carretera GI-636 en sí «no es peligrosa», pero sí alberga «un volumen muy importante de tráfico. Y con tanto vehículo, al menor despiste se produce un accidente». Lo cierto es que salvo el caso del atropello, las otras cuatro muertes se debieron a tres colisiones frontales en un margen de 3,6 kilómetros.
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Situación del apeadero de tren
Los vecinos de la zona de Gaintxurizketa también se mostraron indignados con la situación que se vive enl apeadero de tren, donde aseguraron que se juegan «la vida» cada vez que deben atravesar el paso peatonal sin barreras sobre las vías, donde en 2018 murió un chico de 16 años.
Jesús Aponte y Carlin Piñero llevan casi dos años viviendo en una casa donde hay poco más de un metro de separación entre su portal y el andén de Gaintxurizketa, desde donde se puede acceder a una GI-636 sin andén ni mucho menos acera. «Está claro –afirmaron– que si nos atropellara un tren, sería responsabilidad nuestra, pero es muy peligroso. De noche está oscuro y hay trenes que no tocan la bocina». «Un día –añade ella– salí al andén, con el ruido de los coches no oí que venía un tren, y el aire de su estela me lanzó para atrás».
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