Autócrata, narcisista, ególatra, populista, xenófobo, tendencias misóginas, odio a los migrantes y culpable en un juicio penal por pagar a la actriz porno Stormy Daniels ... 130.000 dólares por un encuentro sexual. Así abrió Vicente Vallés el informativo de Antena 3 describiendo a Donald Trump después de su triunfo. Por cierto, menudo caché la Stormy, tío. Estará forrada. Supongo que sería un polvo rápido. No me imagino a Trump dedicando tiempo a los preliminares. Pero no nos perdamos en preliminares. El tema es que los pagos (presuntamente) eran con cargo al erario público. Y ya te digo que me parece una cutrez.
Lo último que le puedo perdonar a Trump es que sea tacaño. No te equivoques. La tacañería no solo tiene que ver con el dinero. La generosidad está conectada con la tolerancia, los afectos, con reconocer los méritos de los demás, con desear bien al prójimo, con la empatía y la compasión. Puede que a la hipócrita cultura Woke de Kamala Harris se la traiga floja, pero estos son valores morales de toda la vida. A mí me ha decepcionado mucho Vicente Vallés. Él y todos los colegas que han echado mano del trazo grueso. Profesionales que yo creía comedidos y ponderados. Que se les llena la boca con la libertad y la grandeza de la democracia y están indignados porque 73 millones de yanquis han votado a Donald Trump. Que los yanquis voten lo que les dé la gana. Mejor si nos ocupamos de lo que votamos aquí. Que ya vamos bien servidos.
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