El aeropuerto de Hondarribia se queda otro año sin vuelos a Londres y Palma en verano

Las instituciones que forman parte de Ortzibia, el organismo público de promoción del aeropuerto hondarribiarra, aseguran que así lo hacen. Que «hay movimiento» en el seno de la sociedad para buscar y negociar nuevas rutas, no solo para el verano sino para todo el año. Pero que hasta el momento esas conversaciones no han fructificado, reconocen tanto desde la Diputación como desde el GobiernoVasco, dos de los integrantes principales de ese foro.

La ausencia de estas dos líneas veraniegas enfocadas al tráfico de turistas en la temporada alta se justificó en la programación de 2018 por la imposibilidad de aterrizar con los aviones CRJ200 que usaba Air Nostrum, tras el recorte de la pista, y antes de que se estrenara el ranurado. Pero ahora que el aeropuerto ha recuperado la normalidad técnica –la operativa ya no depende solo de esos factores–, el problema apunta más a cuestiones económicas, a las garantías que buscan las aerolíneas para establecer una ruta desde Gipuzkoa que sea todo lo rentable que esperan. Y ahí, la competencia, sobre todo de terminales en auge como la de Bilbao, no ayuda a que la de San Sebastián, con sus particulares características, despegue. Diversas fuentes de Ortzibia aseguran que durante los últimos meses, se han intentado negociar tanto los vuelos de verano a Palma y a Málaga, y además una conexión «desestacionalizada» con Londres, un destino que puede ser interesante no solo por motivos turísticos –la mayoría de los que utilizaban los vuelos de Luton eran extranjeros–, sino por motivos empresariales.

Pero ninguna de las negociaciones han dado un resultado positivo. ¿Por qué? El motivo principal apunta a las exigencias económicas que se solicitaban. Es decir, por el colchón de dinero público que las aerolíneas –no se ha especificado si una o más de una– requerían como «canon fijo» para obtener rentabilidad y evitar pérdidas. Una aportación que algunas voces creen que el Ejecutivo vasco se resiste a hacer en Donostia, pero no tiene inconveniente en hacer en aeropuertos como el de Vitoria, donde el crecimiento de viajeros el pasado año fue del 67% respecto al anterior y operaron un 15% más de vuelos. San Sebastián mantuvo a duras penas sus números, con un 2,7% más de usuarios, pero un 7,4% menos de aterrizajes y despegues.

Desde el Departamento de Infraestructuras que lidera Arantxa Tapia argumentan, no obstante, que precisamente por alguna experiencia no del todo de su agrado que observan en Vitoria, las rutas de vuelo no pueden sostenerse a base de dinero público. «No basta con establecer un vuelo durante un verano, queremos que se queden todo el año y que se sostengan a largo plazo», indican, convencidos de que para eso hay que 'vender' Gipuzkoa –con cuatro aeropuertos a menos de 100 kilómetros a la redonda– no solo desde el plano turístico sino también desde el empresarial, o desde el de congresos, con el fin de que los viajes de negocios sirvan de soporte suficiente para permitir establecer nuevas conexiones, por ejemplo, inciden, con Londres.

Al parecer, según las fuentes consultadas, desde que el pasado año los responsables de fomentar el aeropuerto de Hondarribia iniciaron contactos con diversas aerolíneas en el marco del congreso de conectividad Routes Europe que en abril de 2018 se celebró en Bilbao, se «han sondeado» tanto destinos europeos como españoles. Pero el resultado de momento no ha sido el esperado. Londres, no obstante, ha sido y seguirá siendo una prioridad en las negociaciones, dicen fuentes consultadas, ya que a su entender Gipuzkoa podría generar tráfico suficiente como para sostener en el tiempo dos o tres vuelos semanales.

Ortzibia, junto con sociedades de promoción de los otros aeropuertos vascos, quiere volver este año a la feria que en abril reunirá en Hannover (Alemania) a más de 100 aerolíneas, con el fin de ampliar horizontes y establecer contactos y negociaciones con aerolíneas que puedan estar interesadas en operar desde Gipuzkoa. «Vamos a seguir promocionando el aeropuerto y buscando la manera de que sea más atractivo», aseguran desde Ortzibia, que en breve celebrará un nuevo consejo de administración. «Queremos volver para seguir captando» nuevos nichos incidiendo en las potencialidades de Hondarribia «como el ranurado de la pista, la ubicación, la inminente mejora en el sistema de aproximación...», añaden desde el Departamento de Tapia, donde advierten de que su política de incentivos para atraer vuelos a Euskadi, y concretamente a Gipuzkoa, puede pasar por inyectar financiación «en el arranque» de una conexión, «pero las rutas tienen que dar rentabilidad por sí mismas, no pueden estar siempre financiadas».

Desde Ortzibia, asumen que las obras a las que en 2017 fue sometido el aeródromo por motivos de seguridad, con el recorte de la pista y el posterior ranurado para evitar que aparatos como el A-319 de Vueling también 'volaran' de Gipuzkoa, generaron «incertidumbre» y «bloquearon» la negociación para que Air Nostrum, por ejemplo, operara de nuevo con Londres. Pero las nuevas condiciones técnicas tampoco terminan de convencer a ninguna aerolínea para recuperar o estrenar rutas, bien solo en verano bien todo el año, pese a que los números que ofrecieron aquellos vuelos vacacionales en 2017 fueron buenos.

Las instituciones vascas confían en que la instalación este año, según prometió Fomento, de un nuevo sistema de aproximación por satélite Egnos mejorará las maniobras de aterrizaje y reducirá las incidencias derivadas de una mala climatología. Y, con ello, esperan poder sumar otro atractivo técnico a la hora de negociar destinos. Enaire, el gestor de navegación aérea en España, aún no confirma la fecha de instalación. Pero en Ortzibia no pierden la esperanza de que con las mejoras técnicas y el empeño por ampliar la programación pueda haber alguna buena noticia de cara a otoño o ya para el próximo año.

Mientras tanto, las instituciones afirman que vigilarán para que las dos compañías que operan con Madrid y Barcelona cumplan con el servicio. «Hay que aumentar los niveles de exigencia a los operadores», para evitar que cuestiones internas de las empresas afecten a los viajeros; y evitar que se reduzcan conexiones, lo que al final repercutiría en los números de Hondarribia.