«Habríamos adoptado si no fuera porque los plazos se alargaban 10 años»
Los tolosarras Iñaki e Izaro son padres de Maddi, nacida en Ucrania hace nueve meses por gestación subrogada
Tras varios abortos, los tolosarras Iñaki Gómez e Izaro Agirrebeitia recurrieron a la gestación subrogada en Ucrania, uno de los países donde este método ... es legal para extranjeros. Hace 9 meses nació Maddi y en estos momentos se encuentran en pleno proceso para realizar la filiación de la pequeña. «Es un proceso largo, llevamos años ya. Pasamos primero muchas entrevistas, exámenes... La gente se piensa que es viajar ahí y traerte al bebé».
En 2021, esta pareja tolosarra se trasladó a Kiev para iniciar todo el proceso. Iñaki dejó en la agencia una muestra de esperma y otra de sangre para la futura prueba de paternidad. En pocas semanas les confirmaron que «todo estaba bien». Desde un principio tuvieron claro que querían hacer bien las cosas y se aseguraron de que así fuera. En Ucrania, la gestación subrogada solo es posible para una pareja que acredite médicamente la imposibilidad de tener hijos de manera natural y el proceso se controla de principio a fin. Además, el futuro padre debe aportar su material genético al futuro embrión. Al igual que los futuros progenitores, no cualquier mujer puede ser donante de óvulos o gestante. «Tienen que ser mujeres casadas, que tengan hijos biológicos y dispongan de un buen estatus económico», explica Iñaki, que se posiciona «a favor de la gestación subrogada» pero reconoce que «hay malas prácticas. Quizá legislarlo no vaya a acabar con ellas, pero al menos estaría bien que hubiera un debate en torno a este tema, es una realidad a la que recurren las familias, es un hecho, y existe en muchos países europeos como Portugal o Reino Unido».
Iñaki también es crítico con quienes les recriminan no haber recurrido a la adopción. En este sentido responde tajante: «Nos íbamos a apuntar al programa de adopción pero teníamos que estar tres años hasta la primera entrevista y a los 10 años nos daban la decisión final. Tenemos amigos que llevan ya 5 años esperando... Claro que habríamos adoptado si nos hubieran dado la opción, pero nos plantábamos con 50 años y con un hijo. Cuando fuimos a Osakidetza para ver si teníamos problemas para ser padres mi mujer tenía 39 años y nos dijeron que estábamos en el límite de poder hacer un tratamiento médico».
Tras una larga travesía entre pruebas médicas, entrevista y viajes a Ucrania, en estos momentos se encuentran «con el tema burocrático. El 7 de julio tenemos el juicio para legalizar mi filiación y entonces Maddi tendrá la nacionalidad española. El siguiente pasó es que mi mujer adopte a mi hija», explica.
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