Un tesoro escondido en el Boulevard
Uno de los bares más interesantes de nuestra ciudad
Se trata de un bar que puede llegar a pasar desapercibido, a veces nos obcecamos en cruzar el Boulevard y en sumergirnos en las calles ... de nuestra Parte Vieja, sin acordarnos de que al otro lado se encuentra el Bar Arenales, uno de los bares más interesantes del panorama gastronómico de nuestra ciudad. Un bar con mucha esencia, con personalidad y carácter, donde se come muy bien, pero que también es un lugar donde abrir nuevas ventanas al mundo del vino, con una cuidada selección, muy especial, que invita a probar y conocer.
En el Arenales apostaron desde el comienzo por ofrecer una selección de vinos naturales, con un concepto que no era muy conocido en nuestro entorno. Ellos descubrieron este mundo, la cultura del cuidado del vino, la curiosidad de los vinos naturales, en París. Vieron que eran vinos que sentaban bien, con historias por contar, dejando hablar a la tierra, al viñedo, a través de un proceso totalmente natural.
Vinos con mucha personalidad, con mucho carácter, que hay que saborear, entender, y, dejarse llevar. 6 años de trabajo de pico y pala, trabajando porque los clientes conocieran este tipo de vinos, un arduo trabajo, de educación, invitando a la gente a que probara, explicando las características de cada vino, al fin y al cabo, contando la historia de cada botella, porque, eso es lo que transmiten y cuentan los vinos que encontraremos en la carta del bar. Vinos de pequeños productores, de proyectos chiquiticos que cuidan y miman el producto, así apoyan e impulsan la maravillosa labor que realizan todos esos viticultores.
250 referencias
Su trabajo está dando sus frutos, cada vez son más los que se acercan al Arenales a conocer nuevas propuestas, nuevos vinos, porque, su carta es muy cambiante, con propuestas que se encuentran fuera de carta y rotan, es lo que conlleva el apostar por proyectos y vinos tan especiales. En ese juego de cartas, cuentan con alrededor de 250 referencias, unas 15 de ellas las podremos encontrar por copas en la pizarra. Mi recomendación, dejarse guiar y jueguen, descubrirán un mundo más que interesante.
Primero fue con mi cuadrilla, cuando nos encaminábamos hacia el centro a cenar, al pasar al lado del Arenales les propuse hacer parada para disfrutar de una buena copa de vino y algo para picar en su terraza. Me dieron rienda suelta y aposté por el vino blanco Kiribil, Baztango Xurie, un vino muy especial y que me está gustando cada vez más. Para acompañar el vino, un plato de cecina con avellanas, calabacín crudo y queso Sugar de Elkano Gaztagune, un juego de sabores que acompañaba muy bien el vino.
La segunda fue ya con premeditación y alevosía, cuando propuse a mi amigo Ander Aranburu acercarnos al Bar Arenales a cenar y darnos un buen homenaje. Un viaje a través de sus pizarras, la de comida y bebida, aunque nos ayudamos también de las recomendaciones del equipo. Así es como disfrutamos con un crudo de salmonete para empezar; de esa coliflor asada con rúcula, avellana y queso que nos sorprendió mucho, una manera especial y rica de disfrutar de este producto; de los raviolis acompañados de xixas; de la entrécula, uno de sus platos estrella, un fijo en la carta, que la cocinan a baja temperatura, para luego darle un golpe de plancha, y lo potencian con chimichurri, para terminar acompañándolo de puré de patata, un plato con guiño a la raíces argentinas, un plato sabroso y que se convierte en un buen punto y seguido, antes de sumergirnos, por ejemplo, en un platillo de quesos de Elkano Gaztagune. Comimos muy bien, y, bebimos, realmente bien, con un viaje a través de territorios, viñedos y tipos de uva, dimos rienda suelta al equipo de que eligiera los vinos que acompañaran la comida, pero, en cada paso nos daban a elegir entre dos opciones, todo un detalle.
Cynthia Pereira y Santiago Torres son los artífices del Bar Arenales, dos argentinos que aterrizaron en Donostia atraídos por su gastronomía. De su pasión por París, trajeron la tradición de los bistrot, donde la gente se reúne a disfrutar de una buena copa de vino y picotear algo. Hacen verdaderos malabares y magia en su cocina, pequeña, muy pequeña en espacio, pero, grande en su ejecución, con propuestas que parten de la elección de un buen producto, local y de temporada, sobre el que construyen sus propuestas, donde cobran todo el protagonismo.
Una cocina honesta, de verdad, sin trampa ni cartón, muy viva y donde dan rienda suelta a su imaginación. Un lugar donde se come y se bebe, muy pero que muy bien, un tesoro escondido de nuestra ciudad. On egin!
Bar Arenales
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Dirección: Alameda del Boulevard, 11.
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Teléfono: 943435953
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Comedor: 1 para 23 comensales / 1 terraza para 16 comensales.
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Cierre: Domingos.
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Precios: Precio: carta, 30 euros. Platos: cecina, queso sugaar y avellanas, 14; crudo de bonito, tomate
fermentado y creme fraiche, 18; remolacha asada, garbanzos y papada ibérica, 16; costilla, boniato y kimchi, 18;raviolis de ricota y xixa hori , 20; entrécula, patata ytximitxurri, 22; quesos locales de Elkano, 11 euros.
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