Reconocimiento a Hilario Arbelaitz en el Basque Culinary Center
«El mejor homenaje es el que recibes en casa»Hilario Arbelaitz recibió este martes el reconocimiento de sus colegas y de las instituciones en un emocionante acto en el Basque Culinary Center
Desde que se jubiló va de homenaje en homenaje. «Aprovecho, porque dentro de unos meses igual os olvidáis de mí», ironiza Hilario Arbelaitz. Cada reconocimiento ... es distinto. Este martes el chef del Zuberoa recibió el calor de sus colegas y del Basque Culinary Center en un caluroso y multitudinario acto. «Este es especial porque es en casa y estáis mis amigos», dijo. Pero también llamó al futuro. «Las nuevas generaciones tenéis que trabajar para mantener la cocina vasca como referente mundial».
Hilario Arbelaitz, rodeado este martes por sus hermanos Eusebio y Joxe Mari, y toda la familia, cerró 52 años de carrera en el Zuberoa de Oiartzun el pasado 30 de diciembre. En la cita de anoche participaron más de 250 integrantes del sector gastronómico vasco.
El chef estuvo arropado por algunos de sus viejos compañeros de oficio y colegas que forman parte del patronato del Basque Culinary Center, como Pedro Subijana, Eneko Atxa, Martin Berasategui, Andoni Luis Aduriz, Diego Guerrero y Elena Arzak. Asimismo, cocineros de la nueva generación agrupados en Mahaia Kolektiboa, como Gorka Txapartegi, Ander Gonzalez, Dani López, Roberto Ruiz, Igor Arregi, Pablo Loureiro y Aizpea Oihaneder, entre otros, acompañaron al chef, al igual que estudiantes del BCC. Muchos vinieron de lejos, como Rodrigo García, del Arima de Madrid, o de Pamplona, como los Idoate. Otros, de cerca, como Lourdes Rekondo. Toda la cocina vasca estaba ayer ahí.
«Es el más grande de los grandes», dijo Berasategui. «Su únicio defecto es ser demasiado humilde», apuntó Subijana. «Hilario nos ha mantenido con los pies en la tierra», agregó Elena Arzak. «Ha trabajado en un caserío de 700 años de historia pero con la ventana siempre abierta al mundo», resumió Andoni Luis Aduriz. «Fui a Zuberoa a aprender a cocinar y me llevé una mochila repleta de valores», subrayó Gorka Txapartegi.
En el marco del homenaje se entregaron a Arbelaitz «dos símbolos»: una escultura de su amigo, también cocinero, Ramon Roteta, y «como metáfora del legado profesional que deja», una chaquetilla firmada por un centenbar de estudiantes del centro.
Joxe Mari Aizega, director del BCC, remarcó que «Hilario, además de una pieza fundamental en la historia del Basque Culinary Center, es todo un referente».
La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, dijo que «ha sido un maestro y lo sigue siendo para los jóvenes que empiezan, para que el mundo siga evolucionando sin perder sus raíces y ayudeis al relevo y Euskadi siga siendo un referente gastronómico en el mundo».
La bertsolari oiartzuarra Alaia Martín cantó una emocionante semblanza del talante del cocinero, y el Coro Eguzkilore de la Cofradía de Gastronomía Vasca puso música en el escenario.
«La venta de Griezmann se cerró en tres cenas en Zuberoa», reveló Jokin Aperribay en un vídeo. «Ahí cené por primera vez con la persona con la que he compartido mi vida», confiesa José Luis Rebordinos. «Para mí Hilario es la biblia», dice Juan Mari Arzak en ese vídeo.
Tras el acto los integrantes de Mahaia Jon Ayala (Laia), Gorka Txapartegi (Alameda), Roberto Ruíz (Hika), Pablo Loureiro (Casa Urola), Igor Arregi (Kaia) y Ruben Trincado (Mirador de Ulía), ofrecieron un cóctel. En octubre llegará otro gran homenaje en San Sebastian Gastronomika.
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