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Las algas forman ya parte de nuestra dieta.
Algas marinas, beneficios y propiedades
LA DESPENSA

Algas marinas, beneficios y propiedades

Las algas pueden tomarse de diferentes formas, aunque la más habitual es consumirlas como verdura o en cápsulas

Jueves, 29 de agosto 2019

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Las algas son uno de los ingredientes que hemos integrado en nuestra gastronomía de tradición japonesa. En el país nipón, siempre se han utilizado algas en sus recetas y no solo por el sabor y los nutrientes que aporta, sino por sus muchos beneficios para la salud. Y es que sobre todo, su comercialización ha aumentado en nuestro territorio gracias a su efectividad en el control del colesterol. Su alto contenido en ácidos poliinsaturados lo convierten en un alimento para combatirlo. Las algas marinas son una fuente rica en nutrientes, incluyendo proteínas, fibra, vitaminas y minerales, y contienen una variedad de compuestos bioactivos, como antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Aquí te presento algunos de los principales beneficios y propiedades de las algas marinas para la salud.

Beneficios y propiedades de las algas marinas

  • Beneficios para la salud cardiovascular: Las algas marinas pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, lo que puede mejorar la salud del corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  • Propiedades antiinflamatorias: Las algas marinas contienen compuestos antiinflamatorios, como los fucoidanos, que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo y prevenir enfermedades crónicas como la artritis y el cáncer.

  • Beneficios para la salud digestiva: Las algas marinas son ricas en fibra dietética, lo que puede mejorar la digestión y prevenir el estreñimiento. También contienen prebióticos, que pueden ayudar a mantener la salud de la microbiota intestinal.

  • Propiedades antioxidantes: Las algas marinas contienen antioxidantes como las vitaminas C y E, y los carotenoides, que pueden ayudar a proteger las células del cuerpo contra los daños causados por los radicales libres.

  • Beneficios para la salud ósea: Las algas marinas son una buena fuente de calcio y otros minerales esenciales para la salud ósea.

  • Beneficios para la salud de la piel: Los compuestos bioactivos presentes en las algas marinas, como los polisacáridos y los péptidos, pueden ayudar a mejorar la salud de la piel y prevenir el envejecimiento prematuro.

Pero además, las algas tienen un gran poder depurativo, ayudando a eliminar las toxinas acumuladas en el organismo de forma sencilla. Otro de los beneficios para la salud es la prevención tanto de la retención de líquidos como del estreñimiento. Esto último se debe a que las algas son ricas en fibra.

Precisamente, esas fibras solubles que las componen tienen también sus efectos en el sistema digestivo, ayudando a prevenir el reflujo esofágico y la gastritis. A su vez, en el caso de que estemos siguiendo una dieta de adelgazamiento, las algas ayudan a regular y prevenir la absorción de grasas, y tienen además un efecto saciante.

Las algas marinas son un alimento muy completo, con grandes propiedades que nos ayudarán a equilibrar y enriquecer nuestra alimentación

Las algas se pueden tomar como verdura, en cápsulas, en extractos o en infusiones. Se pueden encontrar en supermercados, tiendas de dietética y herboristerías, adquiriéndose de dos formas: frescas (que será necesario conservarlas en el frigorífico) y secas. En cualquier caso, su alto aporte de vitaminas A, B, C y E ayudan a un buen estado de la piel, el cabello o las uñas.

Cómo cocinar las algas

Las algas más consumidas son el agar-agar (ideal para comer en ensalada o gelatina), el alga espirulina (en batidos, caldos, purés o zumos), el alga nori (la más conocida de todas, porque es la utilizada para elaborar sushi), el alga wakame (presente en ensaladas, verduras, sopas o guisos) y el alga arame (acompañamiento perfecto para pescados o platos de pasta).

En el caso de las algas secas, es necesario lavarlas y dejarlas en remojo, siempre teniendo en cuenta el tipo de alga y que al hidratarlas aumentan significativamente su volumen. Una vez hidratadas se trocean y se comen o, en el caso de las más gruesas, se cocinan al vapor, a la plancha o en caldos.

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