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La despensa

La tendencia de añadir sal al café: ¿mejora el sabor o enmascara su calidad?

Echar sal al café es una de las últimas tendencias para neutralizar el agrio y amargo sabor de la bebida, pero ¿qué hay de cierto en esta debatida práctica?

Ane Bergara

Miércoles, 4 de junio 2025, 07:48

La costumbre de echar sal al café es creciente. 'Un café con sal…'. Así empieza una de las canciones más populares de La Oreja de Van Gogh y ahora, dicha frase se ha convertido en una gran realidad gracias a una tendencia de añadir sal al café que no para de sumar adeptos. Aunque pueda parecernos extraño, porque quién no ha escuchado alguna vez aquello de que el café con sal provoca vómitos, lo cierto es que tomarlo así es una práctica común en otros países y culturas del mundo como Turquía, Vietnam o el norte de Europa.

El objetivo de echar sal al café no es otro que contrarrestar el característico sabor amargo y agrio del café, una práctica que, habitualmente, se ha solido llevar a cabo empleando leche o azúcar; manteniendo y potenciando al mismo tiempo otros sabores y aromas del café.

Cómo echar sal al café

Sin embargo, conviene matizar que no se trata de agregar sal como si estuviésemos sazonando una receta o plato de comida, sino de agregar unos pocos miligramos al café. ¿Cuánto es lo idóneo? Hay una medida establecida de media cucharadita por cada taza de agua y dos cucharadas de café molido.

En cuanto al cuándo añadir la sal al café, no hay consenso sobre si es mejor hacerlo antes de prepararlo o directamente a la hora de tomarlo. Hay quien defiende que su efecto es mayor cuando la sal se añade y se disuelve directamente en el café caliente ya servido y justo antes de beberlo; mientras que otros son partidarios de agregarla al café molido antes de prepararlo, aunque esto dificulte controlar la dosis y cantidad exacta que llega al café líquido.

Ventajas y desventajas

Esta práctica de moda de echar sal al café es seguida y defendida por muchas personas que, además, destacan otros numerosos beneficios que conlleva como neutralizar la acidez gástrica y el reflujo asociados al consumo de cafeína; o reducir el consumo de edulcorantes, ya que también consigue resaltar la dulzura natural del café.

En el lado opuesto se hallan otros muchos que se echan las manos a la cabeza viendo esta práctica de 'salar' el café, dado que defienden que no es más que un truco para enmascarar el café de baja calidad. Y es que si el café se prepara con una buena materia prima -granos de café y agua de alta calidad- y siguiendo un buen método de preparación, la bebida final no necesitará la alteración de las notas amargas, agrias o dulces de la misma.

Junto con ello, no hay que olvidar que el consumo de sal está estrechamente relacionado con el riesgo de padecer hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares, por lo que sumarse a esta moda de añadir sal al café puede ser peligroso para muchas personas que ya superan el consumo diario recomendado de sal.

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