La muerte del lehendakari Ardanza ha sacudido emocionalmente la campaña en su ecuador. Su legado político está siendo en las ultimas horas glosado por la ... mayoría del arco político porque en el haber de la extensa cuenta de resultados de Ardanza siempre brillará el haber plantado cara a ETA desde las instituciones cuando la banda terrorista se encontraba en su espiral más sangrienta. Horas después del asesinato del edil del PP Miguel Ángel Blanco y cuando los ciudadanos se arremolinaban indignados en la verja de Ajuria Enea, Ardanza salió a la calle y subido a un banco pidió serenidad a un indignado público con el que compartió la desolación que aquel asesinato empapó a toda la sociedad. Ardanza creó a través del Pacto de Ajuria Enea un suelo ético por el que se quedaba fuera aquella izquierda abertzale que se negaba a condenar la violencia como medio para obtener objetivos políticos. Un silencio que años después sigue siendo todo un lastre para quienes siguen sin condenar con meridiana nitidez el terrorismo que ETA desplegó en 50 años.
Tras el agur de todos los partidos al lehendakari Ardanza, la campaña entra en su tramo más decisivo. Los candidatos, la mayoría de estreno en el cargo, llevan sus carpetas cargadas de propuestas para aliviar las actuales apreturas de los ciudadanos. Sanidad, vivienda, empleo, seguridad, cuidados, entre otros problemas más terrenales, son las 'cosas del comer' que centran los primeros debates. Un factor que no deja de ser inédito, ya que demuestra el cambio que está experimentando en los últimos años la sociedad vasca, que actualmente orilla las cuestiones identitarias –es decir, nuevo estatus, derecho a decidir, referéndum o independencia– y prioriza las cuestiones más terrenales. Y ahí estará la clave de estas elecciones. Las propuestas más convincentes tendrán premio final.
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