Los autónomos vascos cobran 825 euros menos de pensión de jubilación que los empleados

Una brecha que viene derivada del hecho de que los trabajadores autónomos han venido cotizando en su inmensa mayoría por la base mínima a lo largo de toda su vida profesional y tan solo en los últimos años había algunos, aquellos que se lo podían permitir, que lo hacían por una base más alta para elevar la prestación futura.

Una situación que el Gobierno central ha querido subsanar con la modificación introducida desde enero de este año en el sistema de cotizaciones de los autónomos, cuya característica fundamental es que tienen que hacerlo en función de los ingresos reales, de forma que la prestación futura sea más acorde a su actividad. Esto hará que en el futuro se vaya estrechando esa diferencia que existe en la actualidad entre las pensiones que perciben en relación a las de los trabajadores por cuenta ajena.

Un cambio, no olvidemos, que al mismo tiempo servirá para mejorar los ingresos de la Seguridad Social a corto y medio plazo, aunque posteriormente tendrá que abonar más prestaciones. De todos modos, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, indicaba cuando se aprobó la nueva normativa que la mayoría de los autónomos no abonarán más por sus cotizaciones con este nuevo sistema.

Pero volviendo a los últimos datos aportados por la Seguridad Social y que corresponden al mes de junio, la menor brecha entre las pensiones de jubilación de autónomos y trabajadores por cuenta ajena se produce en Gipuzkoa, ya que en nuestro territorio la diferencia es de 808 euros, frente a los 855 euros de Bizkaia o los 919 de Araba.

Una cuestión que se debe al hecho de que Gipuzkoa es el territorio en el que los autónomos tienen una pensión de jubilación más elevada que el resto de territorios cuando la prestación media del régimen general es la menor. En consecuencia, se deduce que los autónomos han cotizado más en Gipuzkoa para ganarse ese derecho a una jubilación algo más elevada.

Si se toma como referencia el total de las pensiones, es decir, no solo las de jubilación, sino las de viudedad, incapacidad permanente, orfandad y favor familiar, la diferencia entre ambos colectivos es menor, de 669 euros. Y es que, como se puede ver en el gráfico adjunto, la pensión media de los autónomos vascos es de 980 euros, mientras que la de los empleados por cuenta ajena llega a los 1.649.

En este caso también Gipuzkoa presenta una brecha menor que el resto de territorios vascos, con una diferencia de 622 euros, frente a los 684 de Bizkaia y los 751 de Araba. Y es que la historia se repite, al ser más elevada la pensión media de todos los autónomos guipuzcoanos que las de sus homólogos vizcaínos y alaveses.

Echando la vista atrás, esa brecha entre las pensiones de jubilación de los trabajadores autónomos y las de los empleados por cuenta ajena se ha ido ensanchando a medida que avanzaban los años. De hecho, en 2005 tan solo era de 469 euros. Seis años más tarde, en 2011, ya alcanzaba los 644 euros. En 2019, antes de la pandemia, esa diferencia volvía a ampliarse hasta los 716 euros y en mayo de este año, el promedio de esos cinco primeros meses arrojaba una distancia de 824 euros.

El de los pensionistas autónomos es un colectivo importante, ya que en estos momentos hay un total de 70.253 en Euskadi, de los que 40.759 son hombres y 29.494 mujeres. Los varones suponen el 58% del total de los autónomos pensionistas frente al 42% de las mujeres. Y es que históricamente los hombres copaban en general más el mercado laboral, ya que las mujeres se incorporaron más tarde y de forma más progresiva, y sobre todo ellos eran más emprendedores que las féminas.

Y también lo es el de los trabajadores autónomos que están cotizando en la actualidad, ya que se elevan a 167.927, de los que 103.123 son hombres y 64.804 mujeres. Aquí, la proporción entre varones y féminas, lejos de disminuir se agranda, ya que ellos suponen el 61,4% del total y ellas el 38,6%.

Son en cualquier caso futuros pensionistas, a los que les afecta de lleno el nuevo sistema de cotizaciones que ha entrado en vigor en enero de este año y con el que se pretende precisamente mejorar sus prestaciones futuras y reducir esa brecha entre ambos colectivos.

Un sistema que establece quince tramos distintos que van desde el mínimo –hasta 670 euros– llegando al más elevado –más de 6.000 euros– y cuyas bases se modifican en los dos años siguientes, siendo a la baja en los tramos inferiores. Así, las bases de cotización oscilan este año entre los 230 euros y los 500 hasta llegar a los 200 en el primer caso en 2025 y los 590 en el caso de los ingresos más elevados.

Con todo, desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Euskadi (UPTA), valoran de forma muy positiva este cambio en la medida en que va en línea con sus reclamaciones y ya avanzaban en enero a este periódico que siete de cada diez autónomos vascos pagarán menos a la Seguridad Social con este nuevo sistema.

Silvia Martínez, portavoz de UPTA Euskadi, se ratifica siete meses después en esta afirmación. Añade que un total de 111.250 autónomos de Euskadi verán rebajadas su cuotas respecto a lo que abonaban antes de la reforma, lo que supone el 66% del total. Se trata de aquellos que declaran ingresos inferiores a 1.300 euros. Aproximadamente otros 12.000 autónomos no sufrirán ninguna variación en sus cotizaciones con las nuevas tablas. Se trata de aquellos cuyos ingresos oscilan entre entre los 1.300 y los 1.700 euros, lo que supone el 7,1% del total.

Y finalmente, está el grupo de los que más declaran, aquellos cuyos ingresos van entre los 1.700 y más de 4.000 euros, para quienes el nuevo sistema les sale más gravoso. En Euskadi hay alrededor de 32.000 autónomos en esa franja, el 19% del total.

Los autónomos podrán cambiarse al año hasta seis veces de tramo y regularizar al acabar el ejercicio en función de sus ingresos reales. Además, podrán deducirse un 7% de los gastos sin necesidad de justificarlo.