«He conocido mucho mejor Gipuzkoa gracias a la Cámara»

– Comencemos por el final. ¿Por qué ha decidido dejar el cargo?

– Este tipo de instituciones requieren de empuje y frescura. Una vez cumplidas las dos legislaturas creo que ya se daban las condiciones para que viniese una persona nueva y que le diese un empujón y un nuevo brío a la Cámara.

– ¿Qué valoración hace de su paso por la Cámara?

– Muy interesante. Cuando llegue hace doce años dije que ser presidente de la Cámara era un honor, pero buscaba estar orgulloso de mi paso por ella. He aportado todo lo que he podido, pero la Cámara también me ha dado muchas cosas: experiencia, personas, grandes alegrías y, sobre todo, conocer mucho mejor Gipuzkoa.

– Si tuviese que elegir una palabra para definir su legado al frente de la Cámara, ¿cuál sería?

– Reto. Cuando llegué buscaba darle un empujón a la Cámara. Lo que no sabíamos era que a los pocos meses iba a caer la cuota cameral e íbamos a tener que diseñar e implementar una cámara totalmente diferente.

– Precisamente la gran fuente de financiación era esa cuota cameral. ¿Cómo consiguieron resolver esa situación?

– Tuvimos la fortuna de que dentro de ese análisis de escenarios ante esa crisis de 2010, vimos uno que nos parecía factible, que era la caída de esa cuota cameral. El comité ejecutivo que yo presidía por aquel entonces decidió desarrollar un plan para que la Cámara de Comercio de Gipuzkoa pudiera seguir operando al servicio de las empresas del territorio sin esta cuota. Se llamó la 'Cámara del futuro'. Eso nos permitió tener un planteamiento hecho cuando desapareció la cuota cameral.

– Durante ese periodo de incertidumbre, con la caída de la cuota cameral, ¿hubo ejercicios con las cuentas en rojo?

– No. La decisión que tomó por aquel entonces el presidente Zapatero al suprimir la cuota fue la de dar un plazo de dos años. En Gipuzkoa, sin embargo, solo fue uno por el modelo fiscal del territorio. Además de perder la cuota cameral, tuvimos el handicap de tener un año menos que el resto de cámaras, pero fuimos capaces de sobrevivir con dos años de pérdidas y, a cambio, apostamos por todo el personal para transformar nuevos servicios y productos.

– ¿Cómo se encuentran a día de hoy esas cuentas?

– Muy bien. Cuando llegué a la Cámara las cuentas estaban en 5,5 millones de euros de facturación, cuando la cuota cameral era de 4,5 millones. Ahora estamos cerca de los 7 millones, y sin cuota. La desaparición de la cuota ejerció de catalizador para el movimiento de transformación de la Cámara y así estar mucho más cerca de las empresas para escuchar y entender sus necesidades.

– ¿Guarda con especial cariño o nostalgia algún ejercicio en particular a lo largo de su mandato?

– 2014 fue un año en el que por fin fuimos capaces de demostrar que la Cámara de Gipuzkoa, con el mismo personal, podía dar un servicio a las empresas del territorio, y con ello tener una rentabilidad. Fue un gran momento.

– La apuesta por los mercados exteriores, marca de la casa en la Cámara, ¿sigue siendo la vía a reforzar ahora? ¿Hacia que lugares del planeta hay que mirar?

– En estos tiempos de guerra, creo que se está generando un mundo en el que la tecnología va a ser clave y donde hay una lucha clarísima entre EE UU y China y el conflicto de Ucrania parece haber acelerado ese proceso de bloques. La diversificación de nuestra industria se ha acelerado muchísimo. Nuestras empresas están prácticamente en los cinco continentes. Poco a poco, en África vamos generando algún cliente, lo mismo ocurre con toda la zona de Asia central, los Balcanes... En momentos de crisis siempre surgen nuevas oportunidades a las que hay que estar atentos.

– Mauri Arregui, consejero delegado del Grupo Ormak, apunta a ser el único candidato a las elecciones.

– Sería una muy buena noticia para Gipuzkoa y la Cámara. Mauri coincidió conmigo en ese primer comité ejecutivo en el que tuvimos que tomar todas esas decisiones tras la caída de la cuota cameral durante ocho años. Estos últimos cuatro años ha seguido en el pleno. Es una persona en la que yo me he apoyado durante muchos años y de mi máxima confianza. Si Mauri decide dar el paso y presentarse, Gipuzkoa está de enhorabuena.

– ¿Qué consejo le daría si finalmente se presenta?

– Escuchar. Una atalaya de estas características puede darte la sensación de que sabes mucho, pero la economía y las empresas cambian muy rápido. La Cámara, y el presidente, tienen que ser un canal de información de primera mano para todo el personal y la institución para así poder entender las necesidades y generar los productos y servicios que demanden esos cambios. También le daría el consejo de tener un espíritu colaborador entre empresas, instituciones... Escuchar y colaborar me ha ayudado mucho a lo largo de estos doce años.

– ¿Cuáles cree que serán los retos a los que tenga que hacer frente el nuevo presidente?

– Se va a enfrentar a un mundo muy cambiante e incierto, donde empresas y trabajadores tenemos que ser muy flexibles, aunque eso está en el ADN de la Cámara.

– ¿Qué planes de futuro tiene ahora?

– Este es un puesto no remunerado, por lo que yo ya tengo una vida profesional fuera de aquí. Soy consejero de Oncomatryx y presidente de Quimatrix, compañías que se dedican a la investigación de fármacos. Ahora voy a tener más tiempo libre y los que van a ganar más van a ser mi familia y amigos.

- ¿Cómo cree que se encuentra el tejido económico de Gipuzkoa con la actual crisis de energía, de suministros y una inflación disparada?

- En estos doce años he aprendido que cuando analizo un escenario, y este depende de las empresas de Gipuzkoa, las firmas del territorio saben prepararse ante las crisis y son sensatas. Si el escenario que ponemos sobre la mesa depende de cómo actúen las empresas de Gipuzkoa, todos tenemos que confiar en ellas porque así lo han hecho y lo van a seguir haciendo. Nuestras compañías han tenido unos meses para saber lo que viene y se han preparado ante esa posible crisis. Además, saldrán reforzadas.

-¿Teme que las empresas más dependientes de la energía se vean obligadas a parar? ¿Podrían tener problemas de solvencia?

- Sí, es una posibilidad. Aunque ayer el Gobierno Vasco aprobó una línea de ayuda y de crédito a las industrias para poder enfrentarse a ese encarecimiento de la energía sin tirar de sus propios recursos. En otros países de Europa ya se está haciendo y sería un grave error no aplicarlo aquí, puesto que restaríamos competitividad a nuestras compañías. Pero no solamente las empresas están sufriendo con sus facturas eléctricas, también los pequeños comercios.