Las grandes fortunas crecen en España

El número de millonarios sigue aumentando en España y ni siquiera la gran crisis que sufrió el país logró frenar su crecimiento. Entre 2008 y 2016 las grandes fortunas se incrementaron un 60 por ciento y este crecimiento continúa, como lo demuestra que en 2017 los ultramillonarios, aquellos cuyos activos netos son equivalentes o superiores a 40,6 millones de euros (50 millones de dólares), aumentaron un 4 por ciento hasta alcanzar los 1.690 en España.

También los definidos como multimillonarios, aquellos con una riqueza de más de 4,06 millones de euros (más de 5 millones de dólares) alcanzaron el año pasado las 35.090 personas, lo que supuso una subida del 3 por ciento sobre el año anterior, según recoge la consultora inmobiliaria británica Knight Frank, en su informe 'The Wealt Report 2018'. El estudio apunta que también a nivel global estos segmentos de riqueza crecieron a un ritmo notablemente superior en 2017 que en los cinco años anteriores.

Esta aceleración refleja «el momento favorable que la economía mundial ha experimentado desde comienzos del año pasado», afirma Gonzalo Nebreda, director de Renta 4 Banca Privada. A juicio de Carlos Fuenmayor, director de Negocio Institucional y Grandes Cuentas de Merchbanc, en España «las grandes fortunas suelen estar muy bien asesoradas y disponen de fuentes de información muy solventes por lo que difícilmente dan puntada sin hilo en cuanto a inversiones».

Por su parte, José Ramón Aranda, director de Banca Privada de Banca March, cree que, aún siendo positivo, el nivel creciente de ultramillonarios en España es menor comparado con otras economías de la zona euro. «Lo que nos lleva a pensar que si bien es verdad que el fuerte crecimiento económico que estamos registrando en nuestro país durante los últimos años, unido a una generación de confianza, la recuperación de la actividad y de precios del sector inmobiliario y un verdadero boom del turismo… todavía nos queda camino por recorrer y terminar el proceso de reestructuración y regeneración en el que estamos inmersos para corregir algunos de los desequilibrios causados por la crisis». A pesar de estos incrementos, el aumento de las grandes fortunas en España se frena en el caso del segmento de los más ricos, el de semi-milmillonarios, aquellos que poseen más de 406 millones de euros, (más de 500 millones de dólares) cuyo número, 90, permaneció constante el año pasado en nuestro país.

Si bueno es el presente, las previsiones para las grandes fortunas en España aún lo son más, ya que según el informe de Knight Frank, la población española multimillonaria aumentará un 35 por ciento en los próximos cinco años, hasta alcanzar las 48.010 personas; los que superan los 40,6 millones de euros crecerán un 36 por ciento, hasta 2.300 afortunados, y las riquezas semi-milmillonarios subirán a 120 personas, un 33 por ciento más.

Este incremento estará impulsado por una serie de factores como la estabilidad política, el crecimiento económico sostenido a nivel mundial, el mantenimiento de las condiciones financieras y por el hecho de que no se produzcan grandes cambios en los precios de las materias primas, apunta Gonzalo Nebreda. También reconoce que en España se están dando las condiciones que propician la creación de riqueza. «Es un buen momento para la creación de riqueza por tener unas condiciones financieras favorables, una entrada importante de inversión extranjera y buenas previsiones de crecimiento futuro».

José Ramón Aranda apunta que los pilares de este impulso estarán motivados por «la confianza, la estabilidad y la generación de oportunidades, aprovechando el ritmo de crecimiento de la economía real y la actividad empresarial a niveles razonables. Siempre que acompañen los mercados financieros». También para Carlos de Fuenmayor «la estabilidad política, un marco jurídico y fiscal amable y la consistencia que está demostrando la economía española en los últimos trimestres» hará que el número de grandes patrimonios se incremente en el próximo lustro.

No obstante, esta evolución ascendente podría frenarse si algunos riesgos que se vislumbran en el horizonte se hacen realidad, como, según Nebreda, «el aumento de la inflación en EE. UU., lo que provocaría una subida rápida de los tipos de interés; que se produzca una crisis política importante; que los países emergentes desaceleren su crecimiento; la subida del euro y, en definitiva, una bajada del nivel de confianza».

Para el directivo de Banca March estos riesgos vendrían de dos grandes áreas: la económica y la política. «Por la parte económica, lo generaría una menor actividad y menor crecimiento del esperado y una mayor inflación de la prevista en un entorno todavía de políticas monetarias laxas, con tipos de interés en niveles anormalmente bajos. Por la política, el 'Brexit' o la situación en Cataluña». A estos riesgos, Carlos de Fuenmayor suma «una gestión equivocada en tempo, por exceso o por defecto, de la retirada de los programas de compra de bonos del BCE y un euro demasiado fuerte que penaliza el flujo de ingresos del exterior a falta de una demanda interna más firme», lo que podría frenar el avance de los millonarios.