Fortalecer y posicionar la industria

Momento de saludar un nuevo año que en lo económico no será sencillo prever. La evolución de 2017 ha resultado más positiva de lo inicialmente previsto, pero el ritmo de crecimiento parece que puede calmarse levemente a lo largo de 2018, sin que por ello el año sea especialmente temido por nuestra economía y por nuestra industria. Seguiremos creciendo y generando empleo; ahora bien, atentos a las condiciones en las que puedan darse ambos crecimientos, debido a la más que mejorable situación competitiva de las empresas así como por la necesaria mejora de las condiciones laborales, que aun no siendo siempre posible, requiere de una urgente reflexión y aplicación. Especialmente para el personal más cualificado del sector industrial.

La constatación de indicadores macroeconómicos en crecimiento choca con las dificultades reales de muchas empresas, que no disponen del margen suficiente para hablar en términos de beneficios que les permitan hacer frente a nuevas inversiones y mejoras salariales. La sombra de la crisis es larga y el esfuerzo de la recuperación de la industria se ha topado con nuevas dificultades que eran desconocidas hasta el momento.

Sería difícil imaginar que en el nuevo año tropezáramos de forma acentuada teniendo en cuenta que despedimos 2017 con un crecimiento del PIB del 2,9%, con la creación de 20.000 nuevos empleos, con una demanda interna 'in crescendo' y con índices de exportación jamás conocidos.

Por lo que respecta a la evolución de la industria, el Índice de Producción marca una tendencia positiva (+2,5%) que ha posibilitado crecimientos consecutivos de afiliaciones a la Seguridad Social y del índice de negocio.

Será difícil mantener la intensidad de estos indicadores ya que podría producirse una leve contracción, pero las previsiones de los 'clusters' que conforman el Observatorio de Coyuntura Industrial no manifiestan señales de especial preocupación, más allá de subsectores como los asociados al 'oil&gas' o a los intensamente dependientes de mercados que de forma coyuntural atraviesan dificultades, superables en el tiempo.

Seguiremos conviviendo con empresas en dificultades al igual que ha sucedido en 2017, pero al mismo tiempo Euskadi se muestra atractiva en la captación de inversiones extranjeras con un posicionamiento destacado en la atracción de servicios de alta tecnología. En este sentido, la globalización se convierte en nuestra amenaza así como en nuestra propia salvaguarda. Una realidad de la que no podemos ni debemos huir, aunque somos conscientes de que el arraigo de los centros de decisión y de producción los queremos en Euskadi. En 2018 intensificaremos nuestra relación comercial e industrial con países como Italia, Reino Unido o Japón, manteniendo la intensidad de los mercados restantes donde estamos ubicados.

En un contexto de clara estabilidad institucional disponemos de una estrategia industrial Basque Industry 4.0 participada y compartida por los agentes institucionales, empresariales y sociales que seguirá siendo la hoja de ruta para avanzar en el fortalecimiento y posicionamiento de la industria vasca, con un deseable mayor esfuerzo en la inversión de I+D por parte de todos los agentes concernidos, y en una Euskadi bien conectada y con las infraestructuras necesarias para ganar en competitividad.