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El Gobierno foral tendrá que sudar la camiseta para aprobar la reforma fiscal en primavera a tenor de la comisión vivida este jueves en las Juntas Generales de Gipuzkoa, en la que la diputada de Hacienda y Finanzas, Itziar Agirre, expuso a los grupos junteros – ... que serán los encargados de aprobar, o no, el proyecto de norma foral– la reforma fiscal.
Tras superar el escollo de los Presupuestos, aprobados gracias a los votos del PP, el Ejecutivo foral en minoría requiere una vez más del apoyo de uno de los partidos de la oposición (EH Bildu, PP y Elkarrekin Podemos) para dar luz verde a la reforma fiscal. Todo parece apuntar a que la aprobación del nuevo texto fiscal tendrá más piedras en el camino que el de los Presupuestos, sobre todo tras escuchar ayer a los tres grupos junteros de la oposición, que criticaron en bloque el proyecto, catalogándolo de «poco ambicioso», «decepcionante», o que se «queda muy corto». Además, cada una de estas formaciones reprocharon al departamento de Hacienda que no haya tenido en cuenta los once retos que aprobó la ponencia fiscal de las Juntas por la que pasaron hasta 60 expertos e instituciones, aunque tanto Haritz Perez (EH Bildu) como Mikel Lezama (PP) y Miren Echeveste (Elkarrekin Podemos) mostraron su voluntad de dialogar.
Haritz Pérez
EH Bildu
También lo hizo la propia diputada de Hacienda, que defendió la reforma como «justa y progresiva», prestando especial atención a los «colectivos más vulnerables y las personas jóvenes», y se mostró «abierta a hablar» con todos los partidos para llegar así a un «amplio acuerdo» en materia fiscal que dé respuesta a «los desafíos sociales y económicos que se plantean» en Gipuzkoa. Además, recordó a todas las formaciones que la fiscalidad debe ser un instrumento que se complemente con otras políticas o departamentos, ya que no puede ofrecer soluciones por sí sola.
Fue el Partido Popular el que más tímido se mostró ayer en Juntas con sus críticas hacia la diputada Agirre, con una posición más posibilista. Más si cabe aún después de que fuentes vascas del PP aseguren que «están abiertos a apoyar la reforma fiscal tanto en Álava como en Gipuzkoa» si añaden medidas para ayudar a las empresas y evitar cierres de industrias. Sin embargo, de vuelta a la comisión de ayer en Juntas, Lezama mostró sus desavenencias con algunas medidas del actual proyecto, y consideró que «hay que ser muy optimista para hablar de reforma con este documento», aunque también reiteró que van a «dialogar y negociar con el Gobierno foral todo lo necesario para poder incorporar iniciativas que mejoran la actual propuesta normativa».
Miren Echeveste
Elkarrekin Podemos
Desde EH Bildu, el portavoz Haritz Perez lamentó que diferentes medidas que recoge la reforma «benefician a las rentas más altas» y otras dejan fuera a familias y particulares más vulnerables. También reprobó a la diputada de Hacienda que el impacto de 88 millones que tendrá la reforma fiscal para las arcas forales se traducirá en una merma mucho mayor, ya que «la memoria económica del nuevo texto no recoge el impacto de todas las medidas».
Después del apoyo que recibió el Gobierno foral por parte del PP para sacar adelante los Presupuestos, Perez recordó a la diputada Agirre que debe decidir «si elige el camino de Ayuso o el de Navarra, mirar a la derecha o a la izquierda». Por último, ElkarrekinPodemos coincidió con EH Bildu al denunciar que en esta propuesta los que más tienen no pagan más, y tildó esta reforma de «revisión decepcionante». También lamentó que en Vivienda se priorice la compra sobre el alquiler que, según señaló, «es lo que demanda la sociedad», sobre todo las rentas bajas, e insistió en que «se favorece al rentismo y a los lobbies inmobiliarios».
Se prevé que la reforma fiscal sea sometida a votación en primavera. Las medidas aprobadas tendrán carácter retroactivo y se aplicarán con efecto desde 2025.
Las principales medidas incorporadas al proyecto que recoge la memoria económica del fisco ascienden a 22 en el IRPF (el tributo que grava la renta de un contribuyente a lo largo de un ejercicio) y a 4 en el impuesto de Sociedades (que grava los beneficios empresariales). El impacto recaudatorio previsto en IRPF asciende a 60,4 millones, lo que representa un 68,6%, mientras que en el caso de Sociedades la cifra es de 27,6 millones.
En el caso del IRPF, que representa el grueso junto al IVA de la recaudación de Hacienda (un 76%), hay tres medidas que aglutinan prácticamente el 82% del esfuerzo financiero que tiene previsto realizar la institución foral en este tributo. Se trata de la nueva bonificación de rendimientos sobre el trabajo, con 33 millones; las prestaciones en forma de renta de sistemas de previsión social, con 12,2 millones, y la deducción por aportaciones a planes de previsión social de empleo preferentes.
La medida que mayor impacto suma en Sociedades, según el fisco, es la que guarda relación con la deducción por contribuciones a entidades de previsión social voluntaria de empleo, con una estimación de 19,7 millones.
La reforma fiscal de Gipuzkoa busca potenciar la apuesta por la «innovación y la competitividad del tejido económico y social» para hacer frente a desafíos como el del reto demográfico con una sociedad cada vez más envejecida, las debilidades del medioambiente, la igualdad de género, la protección de las rentas más bajas, la conciliación de la vida personal y laboral o el acceso a la vivienda, el empleo y las pensiones.
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